jueves, 18 de septiembre de 2008

¿CHILE CUENTA CON MATERIA PRIMA PARA UN EVENTUAL DESARROLLO DE ENERGIA NUCLEAR?

En medio del debate sobre el estudio para utilizar energía nuclear en Chile, se ha conocido un informe de organizaciones ambientalistas que rechaza su consideración debido, entre otras razones, a la dependencia que implicaría para el país la utilización del uranio, elemento esencial para la generación de energía nuclear. Se aduce que los recursos de uranio serían escasos y de baja ley.

En estos días la compañía minera BHP Billiton anunció que había duplicado sus estimaciones de recursos de uranio y oro en la mina Olympic Dam en Australia, una de las operaciones mineras más importantes en el mundo. Este caso, junto a otros que anuncian aumento en los recursos disponibles, demuestran que los mercados mineros tarde o temprano se ajustan de acuerdo a la señal entregada por el precio, vale decir, la escasez se refleja en un mayor precio lo que genera mayor exploración y luego producción permitiendo disponer de mayores recursos.
En el caso del uranio, el precio se ha incrementado en un 500% en los últimos años.

Pero tal vez el aspecto menos conocido en este debate sea que Chile cuenta con recursos de uranio, los cuales no han sido suficientemente desarrollados hasta ahora.

En efecto, a partir de la aún limitada información geológica disponible en el país, algunos muestreos geoquímicas mostrarían un buen potencial para recuperar metalúrgicamente el uranio como subproducto desde soluciones de lixiviación (proceso hidrometalúrgico que permite obtener el cobre de los minerales oxidados que lo contienen en algunos yacimientos exóticos). Si bien el costo de esta técnica es alto, no debiera inhibir su evaluación económica y técnica sobretodo si el país necesitaría este recurso y porque el precio lo justificaría. Actualmente estos recursos son desperdiciados en los residuos mineros.

Sin embargo lo más importante sería explotar los recursos de uranio en el país. Sin ser abundantes, se conocen recursos de uranio desde la década del 70, cuando la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN), con financiamiento internacional, materializó la prospección de recursos de uranio en sólo un 7% del territorio nacional.

Desde entonces no ha existido exploración en el país, pero es sabido el interés que actualmente han expresado compañías de exploración internacional por explorar el territorio chileno en busca de uranio.

De acuerdo a la ley 18.097, orgánica constitucional sobre conseciones mineras, el estado tiene primera opción de compra, al precio y modalidad habituales del mercado, de los productos minerales que esta ley declare de valor estratégico, uno de los cuales es el uranio. A partir de lo anterior mis estimados amigos lectores, tiene sentido que nuestro país plantee la posibilidad de establecer un inventario estratégico de uranio a partir de la explotación de este recurso en el territorio nacional, tal como existe en otros países. De esta forma Chile podría plantearse seriamente la opción de alcanzar independencia energética en un horizonte de tiempo determinado.

Personalmente como lo señale en los artículos anteriores, pienso que no se debe descartar el estudio de todas las alternativas energéticas disponibles, bajo la convicción que la energía es indispensable para el crecimiento y la eliminación de la pobreza y sin olvidar que cualquiera de ellas tiene impactos no deseados.
El Estado debe impulsar y financiar los estudios, así como informar y facilitar el acceso a la ciudadanía de los resultados de éstos. Además creo que al hablar de costos y beneficios de la energía, se entiendan en un marco amplio, es decir, económicos, sociales, ambientales y culturales. Por otro lado, la diversificación energética incluye las fuentes, abastecedores y proveedores. Con todo, no debemos descartar estudiar la opción nuclear sólo por prejuicios; se requiere de información seria y objetiva que considere tanto los aspectos positivos como los negativos.

La humanidad sabe aprender de sus fracasos y, por lo tanto, debe analizarse su conveniencia. Mis amigos lectores la próxima semana les seguiré comentando de la importancia que tiene para un país ser energéticamente sustentable, ya que creo firmemente que un país energéticamente desarrollado, es un país que tiende a pensar en el bien común de sus ciudadanos.

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