domingo, 28 de septiembre de 2008

LA CRISIS DEL GAS EN CHILE ANTE LOS OJOS DEL MUNDO

Mientras la integración europea se basa en la ley comunitaria, que conlleva cesión de soberanía por los países que la suscriben, Chile discute con Argentina el cumplimiento de protocolos energéticos y con Bolivia sobre un acceso soberano al mar.
Diplomáticos europeos destacados en Chile, que siguen la crisis del suministro de gas, no se han extrañado por la falta de cumplimiento de los compromisos de Argentina, derivados del protocolo gasífero de 1995. El problema lo ven en el contexto histórico de América Latina y aducen que es una constante de la región la no observancia de los acuerdos internacionales. Argentina, particularmente dicen, se ha distinguido por una conducta displicente en ese sentido y, como se ve ahora, la mantiene no sólo en sus relaciones con los organismos crediticios de los cuales es fuerte deudor.
Esta visión europea está, desde luego, determinada por la cultura integracionista desarrollada desde 1950, cuando se dieron los primeros pasos para la creación de la Comunidad del Carbón y el Acero, CECA. Ella significó la puesta en común de ambos recursos por seis países, entre los que destacaron Francia y Alemania, que fueron feroces adversarios en la segunda guerra mundial, una conflagración que había terminado apenas cinco años antes.
Desde el sábado 1 de mayo, la Unión Europea que es en lo que derivó esa incipiente CECA cuenta con 25 países miembros, incluyendo ahora a ocho ex países comunistas que se enfrentaron a Europa Occidental en la larga guerra fría.
América es mucho más joven para ser comparada con el viejo continente, pero se pueden argüir dos argumentos para considerar no tan arbitrario un paralelo entre una y otra región.
En América del Norte se consolidó tempranamente lo que muchos consideran el modelo más acabado de integración: los Estados Unidos de América, una federación de la que Europa está lejos aún.
Por su lado, los Estados Desunidos del Sur han considerado siempre que son "una gran nación deshecha", como dijera Andrés Bello, el venezolano que fue primer rector de la Universidad de Chile. En consecuencia, se ha soñado en esta parte del mundo, primero, con la patria bolivariana y, después, con una integración al estilo europeo,
Ahí están para testimoniarlo múltiples iniciativas, como la ALALC, luego transformada en ALADI, es decir, de una Asociación de Libre Comercio se convirtió en una de Integración; la SIECA, que es la unión de las economías centroamericanas; el Pacto Andino, hoy Comunidad Andina y, finalmente, el MERCOSUR.
Con estas dos últimas agrupaciones Chile ha tenido una actitud reticente: durante el régimen militar se desembarcó de la integración con Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia y, ya vuelta la democracia, no se integró al Mercosur con Argentina, Brasil, Uruguay Paraguay, quedando hasta hoy sólo como un asociado, al igual que Bolivia.
Las razones esgrimidas por Santiago son las diferencias en la liberalización del comercio exterior, que en Chile es notablemente más avanzada que en cualquiera de los otros países mencionados.
Esto explicaría, en último término, que este país haya logrado acuerdos con espacios más desarrollados, como el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos y la Asociación Política y Económica con la Unión Europea. Y subraya, a la vez, la lejanía producida con los vecinos del barrio latinoamericano.
La calidad de estrella internacional lo ha alejado de los escenarios regionales y esto explica, en parte, la desafección con que Argentina ha tomado el suministro de gas que le debe a Chile, y el acentuamiento de la hostilidad de Bolivia, que ha visto como propicia la coyuntura para darle duro al autor de su enclaustramiento.
Los europeos que han opinado reservadamente en Santiago de la crisis que les ha tocado presenciar dicen que es inútil acudir a instancias internacionales de arbitraje, para obligar a Argentina a cumplir y a Bolivia de abstenerse de colocar cláusulas hostiles en sus contratos de aprovisionamiento.
En el primer caso, un personero alemán acudió a un dicho de su país, diciendo que "es como meter la mano en el bolsillo de alguien que está desnudo". En el caso boliviano, empresarios europeos ven con fastidio que se insista en hablar de soberanía para un acceso al mar. Es un término para ellos obsoleto y corresponde a la primera mitad del siglo pasado, dicen.
La integración presupone cesión de soberanía en todos los ámbitos en que se alcance acuerdo y eso es lo que necesitan países como Chile y Bolivia, no discutir de enclaves y corredores soberanos, sino de una integración cada vez más completa y eficiente que signifique, por ejemplo, el uso de todos los puertos que sea posible, privatizados o no.
Pero como se trata de países que no se tienen confianza mutua y esto abarca a la Argentina también es criticable, para los europeos, que Chile haya apostado tanto al gas trasandino y no se haya preocupado más de diversificar sus fuentes de abastecimiento energético.

lunes, 22 de septiembre de 2008

REALIDAD SOCIAL O MALDITA COINCIDENCIA

Al momento de mirar la sociedad cada día me convenzo más de que nuestro país necesita conocer e interiorizarse de una palabra que dice mucho “Educación Cívica”. Que duda cabe, si educación cívica muchas veces se enseña como cualquier cosa rara, menos lo que involucre la integración ciudadana en materias de políticas públicas. Palabra a mi entender extra singular ya que involucra términos ultra complejos como estudio de realidad contemporánea, sociedad, política, hechos históricos, realidad social.

Aquí me detengo en esta palabra de dulce y agraz “política”, palabra madre de algunos que interpreta su filosofía de vida y odiada por otros. Si bien es cierto, no soy un politólogo, pero entiendo que esta palabrita no es solo el arte de gobernar, sino que a mi humilde entender es el arte de realizar con vocación de servicio lo que se considera correcto considerando el espectro más amplio de los criterios éticos y por cierto promoviendo la praxis del bien común.

Digo esto porque en este momento nuestro país vive una situación que escapa solo de la siembra de la democracia y de la justicia social sino que en ciertos ámbitos refleja una alicaída igualdad de oportunidades para todos, es tiempo que nuestro Chile se generen verdaderas reformas, tanto constitucionales como políticas, en donde esté implícita la integración y participación ciudadana y no la participación solo de las elites.

Ahora esta todo centrado en la reunión de la Unasur en donde se pretende dar un carácter de unidad latinoamericana inexistente, cuando lo que realmente interesa en este Chile del bicentenario es el sentir de su pueblo.

Hace un tiempo atrás se prometió un gobierno ciudadano, propuesta que a mi entender es discutible, desde el punto de vista de la aún cuestionada integración de los jóvenes, los adultos mayores, minorías, etc. Sin embargo, cabe señalar además que nuestro país no puede generar políticas publicas verdaderas, ya que aún se lleva el peso de la inercia de la dictadura que solo pretende dejar marcada a una derecha destructiva, solventada solo por prejuicios y carente de propuestas sociales.

Más que reunión constitutiva de elección de delegados de la Unasur, existe un tema muy latente en el corazón y la mente del ciudadano, como lo es el criticado Transantiago y su cuestionada inyección de recursos que genera desigualdad de crecimiento referente al resto de las regiones. El transporte público urbano como lo es éste, necesita consulta pública, creo que se debe hacer una reingeniería respecto del diseño del sistema, considerando la malla de recorridos por medio de tramos bien demarcados.

En la concurrencia de la ciudadanía está el Estado quien como ente que diferencia el margen entre representante respecto a los representados, gobernante de los gobernados adquiera la figura de un fiscalizador implacable de los cuestionados operadores del AFT. No se puede culpabilizar a figuras como Cortázar y Espejo, de los magros resultados de la implementación y puesta en marcha de este sistema de transporte publico, cuando la gente elige un gobierno lo elige para gobernar y generar bienestar y no para culpabilizarse en términos sectoriales, los gobiernos trabajan en equipo, la voz del gobierno es una sola y por tanto debe tomar conciencia que los chilenos en su pleno derecho democrático de elegir representantes lo hace por lograr el bien común, dar mejor calidad de vida y no de bienestar político en donde en esta sociedad actual corre solo por cuenta de algunos que se benefician a costas del sufrimiento del pueblo chileno. Este es un problema transversal, que implica un involucramiento de todos y no de aquellos que son pequeños genios que sueñan con la frase cliché de crecimiento con equidad.

domingo, 21 de septiembre de 2008

EL MERCADO ELECTRICO CHILENO

El mercado eléctrico en Chile está compuesto por las actividades de; generación, transmisión y distribución de suministro eléctrico. Estas actividades son desarrolladas por empresas que son controladas en su totalidad por capitales privados, mientras que el Estado sólo ejerce funciones de regulación, fiscalización y de planificación indicativa de inversiones en generación y transmisión, aunque esta última función es sólo una recomendación no forzosa para las empresas. Participan de la industria eléctrica nacional un total aproximado de 31 empresas generadoras, 5 empresas transmisoras y 36 empresas distribuidoras, que en conjunto suministran una demanda agregada nacional que en el 2002 alcanzó los 42.633,3 GWh. Esta demanda se localiza territorialmente en cuatro sistemas eléctricos (SING, SIC, Aysén y Magallanes).El principal organismo del Estado que participa en la regulación del sector eléctrico en Chile es la Comisión Nacional de Energía (CNE), quien se encarga de elaborar y coordinar los planes, políticas y normas necesarias para el buen funcionamiento y desarrollo del sector energético nacional, velar por su cumplimiento y asesorar a los organismos de Gobierno en todas aquellas materias relacionadas con la energía. GeneraciónEste segmento está constituido por el conjunto de empresas eléctricas propietarias de centrales generadoras de electricidad, la que es transmitida y distribuida a los consumidores finales. Este segmento se caracteriza por ser un mercado competitivo, con claras deseconomías de escala en los costos variables de operación y en el cual los precios tienden a reflejar el costo marginal de producción.

Transmisión
El sistema de transmisión corresponde al conjunto de líneas, subestaciones y equipos destinados al transporte de electricidad desde los puntos de producción (generadores) hasta los centros de consumo o distribución. En Chile se considera como transmisión a toda línea o subestación con un voltaje o tensión superior a 23.000 Volts. Por Ley, las tensiones menores se consideran como distribución. La transmisión es de libre acceso para los generadores, es decir, estos pueden imponer servidumbre de paso sobre la capacidad disponible de transmisión mediante el pago de peajes. El transmisor no tiene obligación de servicio, no siendo responsabilidad de éste el invertir en nuevas líneas o en ampliaciones de las mismas. En el sistema de transmisión se puede distinguir el sistema troncal (conjunto de líneas y subestaciones que configuran el mercado común) y los sistemas de subtransmisión (que son aquellos que permiten retirar la energía desde el sistema troncal hacia los distintos puntos de consumo locales).La coordinación de la operación de las centrales generadoras y las líneas de transmisión, es efectuada en cada sistema eléctrico por los Centros de Despacho Económico de Carga (CDEC). Estos organismos no poseen personalidad jurídica y están constituidos por las principales empresas generadoras y transmisoras de cada sistema eléctrico.Distribución Los sistemas de distribución están constituidos por las líneas, subestaciones y equipos que permiten prestar el servicio de distribuir la electricidad hasta los consumidores finales, localizados en cierta zona geográfica explícitamente limitada. Las empresas de distribución operan bajo un régimen de concesión de servicio publico de distribución, con obligación de servicio y con tarifas reguladas para el suministro a clientes regulados. Estas empresas operan en su zona de concesión sin que exista posibilidad de competencia, dado que son monopolios naturales.

Existen en Chile cuatro sistemas eléctricos interconectados. El Sistema Interconectado del Norte Grande (SING), que cubre el territorio comprendido entre las ciudades de Arica y Antofagasta con un 34,83% de la capacidad instalada en el país; el Sistema Interconectado Central (SIC), que se extiende entre las localidades de Taltal y Chiloé con un 64,33% de la capacidad instalada en el país; el Sistema de Aysén que atiende el consumo de la Región XI con un 0,22% de la capacidad; y el Sistema de Magallanes, que abastece la Región XII con un 0,62% de la capacidad instalada en el país.

jueves, 18 de septiembre de 2008

ORIGEN DE LA CRISIS DEL GAS EN CHILE

La historia de esta prolongada crisis se remonta al 2001, cuando Argentina vivió la más grave crisis económica que haya enfrentado nuestro continente, lo que llevó al Gobierno trasandino de la época a decretar un congelamiento de tarifas de los servicios básicos (entre ellos el gas), a fin de evitar un conflicto social a raíz del impacto que produciría la “pesificación” de valores que hasta ese año estaban expresadas en dólares.

Ello llevó a que las empresas argentinas dejaran de invertir, lo que limitó la capacidad de producción y de transporte en relación con la demanda de la población e industrias. Hoy, productores como Repsol-YPF, Total y Petrobrás aún negocian reajustes con la Casa Rosada.

Por ello nuestro país puede seguir siendo afectado a raíz de que el gas argentino es la principal fuente de suministro para generación eléctrica, si el Gobierno argentino no logra acuerdo con las empresas y éstas no retoman las inversiones que permitan aumentar la producción de gas natural, pues el origen del problema está en la política de precios en Argentina, al subsidiar un recurso escaso haciendo explotar la demanda interna y desincentivando las inversiones.

El 7 de julio de 1995, los gobiernos de Argentina y Chile suscribieron el Protocolo de Integración Gasífera y Suministro de Gas Natural, acuerdo que selló la integración energética entre ambos países. Argentina se convirtió, entonces, en el único proveedor de gas natural para nuestro país.

Este acuerdo definió un mercado común entre ambos países y estableció el “Principio de no discriminación”, en virtud del cual, ante situaciones de restricción o escasez del recurso, los Estados deberían mantener la proporcionalidad en el suministro de gas existente en condiciones normales. Este marco jurídico permitió que en nuestro país se construyeran gasoductos, centrales de generación eléctrica que funcionan en base a este combustible y redes de distribución, que permitieron llevar un combustible limpio y más barato a un número creciente de hogares, comercio e industrias, a partir de 1997. Estas inversiones superaron los US$ 5.500 millones.

Sin embargo, vulnerando los compromisos jurídicos internacionales asumidos por ambos Estados, las autoridades argentinas comenzaron a aplicar una serie de medidas administrativas y resoluciones diversas que, desde el año 2004 a la fecha, han restringido el suministro de gas hacia nuestro país, afectando particularmente al sector industrial y generadoras eléctricas.
El origen de esta situación se encuentra en el déficit energético que ha afectado al vecino país, que se resume en un fuerte incremento del consumo de gas natural frente a una oferta estancada. Esta situación fue el resultado de la política de congelamiento de precios implementada por el gobierno de argentino en 2002, que se tradujo en un precio del gas artificialmente bajo. Como consecuencia, aumentó la demanda por el combustible tanto para uso industrial, residencial (calefacción) como también para el transporte y desincentivó a las petroleras a invertir en mejores tecnologías y en exploración.

En resumen mis estimados amigos lectores, la solución de corto plazo al déficit pasa porque los Gobiernos de Chile y Argentina le den un paraguas político de integración y hermandad a la solución de carácter técnico. Es por ello que en las próximas semanas les seguiré comentando sobre esta importante situación interna y externa que vive nuestro país, ya que soy un convencido que los ciudadanos debemos estar bien informados sobre las políticas públicas que de algún u otro modo nos afecta al crecimiento económico, político y social.

PANORAMA GASÍFERO EN SUDAMERICA

Contar con un suministro de gas natural en América del Sur se ha convertido en una prioridad política de los gobiernos de la región. Sobre todo cuando las principales economías del Cono Sur: Argentina, Brasil y Chile crecen a ritmos acelerados de la mano de la estabilidad macroeconómica que gozan en la actualidad. Mientras países como Venezuela, Bolivia y Perú son exportadores netos de gas natural, otros son mayoritariamente importadores, como Chile. De ahí la convergencia entre productores y consumidores que intentan generar ambiciosos proyectos como el hoy en día menos probable Anillo Energético que pretende llevar gas peruano a cinco países- o el más ambicioso y reciente plan de interconexión energética denominado Gasoducto del Sur, impulsado por Venezuela y sus socios del MERCOSUR: Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, además de Bolivia.

Sin embargo, existen dudas sobre la viabilidad de la integración energética considerando los conflictos diplomáticos y discrepancias comerciales que la asolan. Argentina y Bolivia acordaron un mayor precio por el gas natural que la primera le compra a la nación altiplánica, y que ha buscado adaptar sus precios a la realidad internacional. Esto generará un aumento del precio del insumo que Argentina a su vez
vende a Chile, al que Bolivia se niega a proveer directamente mientras éste no acceda a su histórica demanda de acceso al mar. Brasil, Paraguay y Uruguay también deberán pagar más por el gas natural que compran a Bolivia y Argentina. El mercado del gas natural en esta zona se concentra en Argentina, ya que le corresponde el 80% de la demanda regional. Se prevé que a corto plazo esta situación cambiará a medida que avance la integración económica regional.

En la región existen cuatro cuencas gasíferas y se encuentran divididas entre Argentina (Austral, Neuquén y noroeste) y Bolivia en el departamento de Santa Cruz, sin descartarse la que está ubicada en la provincia peruana de Camisea. Cabe destacar que estas cuencas están lejos de los grandes centros de consumo: Buenos Aires, Santiago y Sao Paulo, lo que demandará grandes inversiones para lograr integrar a la región.

Es por ello mis amigos lectores que a continuación les presento algunas propuestas que creo que podrían mitigar esta crisis que no solo la afecta a nuestro país sino también a los países vecinos al nuestro:

La Comunidad Sudamericana de Naciones puede y debe formular e implementar un plan de integración energética de largo plazo que tenga como fin satisfacer los requerimientos de sus estructuras económicas, de modo que los aparatos productivos nacionales de la región tengan acceso a fuentes de energía abundantes y baratas, a los efectos de llevar a cabo un proceso de reindustrialización y avance científico-técnico autónomo en un contexto de Integración Regional Sudamericana (energética-industrial-tecnológica) que eleve las condiciones de vida de nuestros pueblos.

El sector energético es a la infraestructura material básica, el equivalente de la educación para la configuración cultural esencial. Ningún país será realmente soberano mientras no tenga asegurado el control y planificación irrestricta de estas áreas, pues la soberanía, en la práctica, se manifiesta en la elevación de las condiciones de vida del pueblo. Para tales efectos, es necesario concretar los proyectos PetroSur y Gas del Sur (en el marco de PetroAmérica, incluyendo en un sentido más amplio a Petrocaribe), construir redes de gasoductos y electroductos, refinerías y petroquímicas, compartir las riquezas gasíferas y petrolíferas de Venezuela y los recursos hídricos que abundan en gran parte de la región, socializar el conocimiento en materia de tecnología nuclear por parte de Argentina y Brasil, garantizar y declarar el acceso a la energía como un derecho humano y fijar los precios de combustibles y tarifas de gas y electricidad de acuerdo a los precios relativos de las economías locales.

Por otra parte, urge la necesidad de controlar la diversificación estratégica de los agentes económicos privados que operan en los mercados ampliados de la energía y castigar sus prácticas mafiosas, así como también prohibir la exportación de hidrocarburos y derivados en países con escaso desarrollo de sus mercados domésticos o cuando los horizontes de vida de sus respectivas reservas sean inferiores a los 15 años, limitar la dependencia económica, tecnológica y cultural con los países centrales, interrumpir los tratados de "libre comercio" promovidos por EE.UU. o por cualquier miembro del G-7, Rusia y China, hasta tanto sean beneficiosos para las partes involucradas, y rechazar los lineamientos propositivos de los organismos internacionales de crédito.

Amigos la próxima semana les comentare sobre el origen de la crisis del Gas en nuestro país y de cómo esta crisis afecta la economía y el crecimiento sustentable de nuestro país.

LA REALIDAD GASÍFERA EN CHILE

Estimados amigos lectores, tal como les comente en el articulo anterior la realidad energética no es solo un hecho casuístico e irrelevante que afecta al mundo, sino que es un tema que por largos años afecta a Sudamérica y en especial a nuestro país referente a la dependencia energética, es por ello que esta semana les comentare con la disposición gasífera que cuenta Chile a lo largo y ancho de su territorio.

En el caso de nuestro país, el principal abastecedor de gas natural es Argentina, con aproximadamente el 90%. El gas se trae principalmente desde los yacimientos ubicados en la provincia de Neuquén, donde existen diversos gasoductos que traspasan la cordillera para satisfacer nuestras demandas.

A continuación se describe la ubicación de todos los gasoductos nacionales y transandinos separando por cada zona del país (Norte-Centro-Sur):

· En la zona Norte, comienzan a operar en 1999 con el funcionamiento de dos gasoductos: Gas Atacama y Norandino, ubicados en la segunda región. Estos traen gas desde Argentina hasta centrales de ciclo combinado dentro del Sistema Interconectado del Norte Grande (SING) y para proyectos mineros de la zona.

Sin embargo, en el año 2000 entró en funcionamiento el gasoducto Tal-tal, que trae gas desde el gasoducto Gas Atacama hasta futuras centrales del norte, que entrarán en la red del Sistema Interconectado Central (SIC).

· La zona Centro, es abastecida por el gasoducto GasAndes, que trae gas desde la cuenca Neuquina hasta el sector de Santiago, suministrando principalmente a Metrogas y a tres centrales del SIC. La Quinta Región es abastecida desde el city gate de GasAndes por la empresa Electrogas S.A.

Para el caso de la zona centro-sur, Gasoductos del Pacífico inició el transporte de gas desde la cuenca Neuquina hasta la séptima región, en Octubre de 1999, para abastecer principalmente a empresas distribuidoras industriales y residenciales.

· En el caso de la zona Sur, ha habido proyectos de gasoductos desde 1961, cuando ENAP comienza a explotar algunos yacimientos en la zona de Magallanes. En el año 1971 se crea el primer gasoducto comercial del país: Posesión-Cabo Negro, para abastecer el consumo comercial y residencial de Punta Arenas y algunas instalaciones intermedias.

La próxima semana mis amigos les comentaré sobre la realidad gasífera que se refleja en Sudamérica, ya que creo firmemente que es necesario dar a conocer estos antecedentes que por medio de acuerdos internacionales nuestro país a firmado con los diversos países de la región y que de alguna manera se deben hacer presente al momento que nuestro país esta pasando por una de las crisis mas grandes en materia geopolítica y que sin duda afectan al capital mas desvalido y mas importante de todos, como lo es su gente.

MONOGRAFIA DE UNA CRISIS QUE AFECTA A CHILE

Que buena parte de la agenda de nuestro país esté relacionada con el tema energético no es casualidad, algunas situaciones como el suministro de gas natural argentino a Chile apuntan a lo que ya se perfila como una de las realidades geopolíticas dominantes de esta era y que se refleja con la creciente importancia de la variable energética en el escenario mundial.

A fines de los años 90, un asesor de la casa blanca, exponiendo ante el Centro de Estudios Internacionales Estratégicos en Washington, graficaba la creciente interdependencia energética de esta manera: “cuando un brasileño calienta su café en la mañana probablemente usa electricidad de una planta en Uruguay que funciona con gas natural de Argentina entregado por una empresa chilena y maneja a su trabajo en un automóvil que utiliza gasolina venezolana”.

De hecho el entorno regional es prueba fehaciente del peso de la energía como variable geopolítica. Por ejemplo, como explica José Rodríguez Elizondo en su obra “Las crisis energéticas en el gobierno de Lagos”, hasta el 2004 la tensión entre Chile y Bolivia se expresó en conflictos de carácter terrestre, marítimo o por aguas transfronterizas, pero tras el hallazgo de reservas de gas en ese país, su gobierno planteó el conflicto bajo la forma de un trueque: si Chile quería gas, debía devolver a Bolivia su cualidad marítima.

Hechos posteriores como el fallido proyecto de sacar gas boliviano al Pacífico vía puerto chileno (lo trajo consigo roces con el Perú), el contrato de “ni una molécula de gas para Chile” y las dificultades de carácter diplomático con Argentina por su política gasífera dan cuenta de cómo la energía a cobrado importancia como variable geopolítica para nuestro país.

El precio del petróleo ha posibilitado que Venezuela utilice el hidrocarburo como parte de su arsenal diplomático, mientras que el consumo de gas entre Argentina y Brasil determina su relación como productores siguiendo el ejemplo de Perú o Bolivia (cuyo gobierno hace poco tiempo acaba de nacionalizar los hidrocarburos).

Varios factores explican el creciente peso geopolítico de la energía a nivel mundial. Un factor clave es la economía China, que depende de un suministro energético estable y cada vez mayor, lo que, a su vez, presiona las condiciones del mercado global. La política internacional de Beijing sólo tiene dos ejes: recobrar la soberanía sobre Taiwán y asegurarse abastecimiento energético confiable. El interés no es sólo económico, ya que si decae el crecimiento, aumenta la insatisfacción social y las tensiones políticas. En Europa, Rusia utiliza su calidad de gran proveedor de gas y en enero cortó el suministro a Ucrania como medida de presión; Beijing y Tokio, a menudo se disputan la propiedad de campos gasíferos bajo el mar de China; la intención de India de construir un gasoducto desde Irán molesta a EE.UU. y complica la posición de Pakistán, por donde eventualmente pasaría; mientras que Asia y las reservas del Mar Caspio son un botín por el que compiten todas las grandes potencias.

En este contexto internacional de fuerte competencia por los recursos energéticos, un país pequeño no debe cerrarse a ninguna alternativa. En suma, todo apunta a que la energía será un área crecientemente gravitante y compleja de cualquier política de relaciones exteriores, es por ello mis amigos lectores que en las próximas semanas les quiero comentar sobre esta trascendental instancia que vive nuestro país relacionada a esta materia y de los recursos que dispone nuestro país tanto en su propio territorio como en los países de la región de tal manera de que esta crisis no afecte a su capital humano que sin duda es el recurso sustentable mas importante de cada nación.

LOS EFECTOS DEL CAMBIO GLOBAL EN CHILE

Los efectos del calentamiento global no se han sentido con gran fuerza en el país debido a la influencia sobre el clima de los océanos que nos rodean. Además, la corriente de Humboldt también ayuda a mantener las temperaturas más bajas. Sin embargo, esto no nos exime de las consecuencias del cambio climático. En los últimos 100 años la temperatura del planeta aumentó 0,7ºC, según reportes del Panel Intergubernamental de Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC). Once, de los últimos 12 años, han sido los más cálidos desde que comenzaron los registros históricos en 1850, y a nivel global, la actual temperatura es la más alta de los últimos mil años.

En nuestro territorio, diversos estudios acusan ya algunos cambios:
Las lluvias disminuyen: El Núcleo Científico Milenio FORECOS, de la Universidad Austral de Chile, documentó una sostenida disminución en las precipitaciones, en los últimos 71 años, tras analizar los registros de estaciones meteorológicas ubicadas entre Concepción y Puerto Aysén. En este período, en Valdivia las precipitaciones han disminuido en 540 milímetros. En la misma línea, datos de la Dirección Meteorológica de Chile, muestran cómo en los últimos 100 años las precipitaciones tienden a disminuir en la zona central del país. Forecos también observó una clara tendencia a la baja en los registros de caudales de ríos de la X Región.
· Los glaciares retroceden: El 90% de los glaciares cordilleranos están disminuyendo. En tanto que en Campos de Hielo Sur se registran retrocesos de hasta 30 metros por año. Esto según estudios del Centro de Estudios Científicos (CECS) de Valdivia.

· Aumenta el nivel del mar: Según el glaciólogo Gino Casassa, del CECS, el mar está aumentando su nivel a razón de 0,3 cm por año.

· Hay cambios en la vegetación: Estudios realizados en base a los anillos de crecimiento de árboles, por el Núcleo Científico Milenio FORECOS sugieren que la distribución de la vegetación de la zona sur austral está sufriendo cambios importantes. “Se espera que los límites de distribución de algunas especies se desplacen hacia el sur, lo que podría afectar de manera importante la biodiversidad, distribución y abundancia de especies en los bosques nativos”, explican.

Estimados amigos lectores esta es nuestra realidad, pero ¿qué predicen los informes y estudios para los próximos 100 años sobre los efectos que tendrá el calentamiento global en esta angosta y larga faja de tierra?, según datos:
Impactos en la pesca:
Un alza de la temperatura de las aguas, que afectaría la explotación de especies como el jurel, en la VIII Región, o la anchoveta, en la I y II Región; recurso fundamental para la industria de la harina de pescado.
La fauna marina chilena podría verse severamente alterada: actuales especies huirían por el alza de las temperaturas y llegarían otras desconocidas.
Un cambio en la salinidad del agua provocaría también el cambio climático, según el meteorólogo Jorge Carrasco. Esto modificaría la fauna existente en algunos fiordos o bahías productivas, debido a una variación del PH del agua que haría migrar a no pocas especies buscando condiciones más apropiadas para su subsistencia.
Aumentaría el nivel del mar (hasta 50 centímetros -en promedio- a lo largo del país), obligando a caletas y complejos portuarios a cambiar su posición.
La industria salmonera también se vería afectada, pues este recurso necesita aguas de temperaturas muy bajas para reproducirse.
Impactos en la agricultura:
El aumento de las temperaturas del centro del país y una baja en las precipitaciones, harán que parte de las actividades frutícolas tengan que desplazarse hacia el sur.
Las zonas más afectadas, por la baja de precipitaciones, serán las regiones V, VI y parte de la VII, y se prevé un incremento en la aridez del suelo.
La actividad forestal deberá adaptarse a este nuevo escenario climático.
Según estudios de la Comisión Nacional del Medio Ambiente (CONAMA) encargó en el 2005 un estudio al Departamento de Geofísica de la Universidad de Chile para proyectar cómo sería el clima en Chile a fines del siglo 21. Los principales resultados de este estudio sobre "Variabilidad climática en el territorio chileno en el siglo XXI", dicen relación con la temperatura y las precipitaciones:
En todo el país se apreciaría aumento de temperatura en ambos escenarios.
La mayor variación de temperatura sería en el norte grande y norte chico, y mayormente en la zona andina.
En el norte del país, en el sector altiplánico, se produciría un aumento de precipitaciones durante primavera y verano.
En el norte chico se estima un aumento pluviométrico durante el invierno.
En la zona central los resultados indicarían disminución de precipitaciones particularmente en latitudes medias (V a VIII regiones), y en las estaciones de verano y otoño.
En el sur (VIII a X regiones) habría una disminución de precipitaciones de hasta un 50% en verano, manteniéndose prácticamente inalterada la situación en invierno.
La región austral presentaría una disminución de la precipitación de un 25% aproximadamente, en verano, normalizándose hacia el invierno. En el extremo austral se apreciaría un leve aumento de las precipitaciones (de hasta un 20%), que se mantendría durante todo el año.
A estos resultados, se sumarán los datos aportados por distintos centros de investigación que actualmente estudian los efectos del cambio climático sobre el territorio, como el Departamento de Geofísica de Universidad de Concepción; el Instituto de Ecología y Biodiversidad (Iniciativa Científica Milenio); el Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (Ceaza) de la Universidad de La Serena; el Departamento de Química de la Universidad Federico Santa María; el Centro de Estudios Científicos (CECS) y el Núcleo Científico Milenio FORECOS.
Amigos, nuestro país no puede permanecer al margen de la investigación sobre el cambio global que se está produciendo, a riesgo de depender de interpretaciones hechas por otros en base a realidades ecológicas y sociales diferentes. La próxima semana comenzaré a comentarles sobre la crisis del gas en nuestro país y de sus efectos en la población chilena.

EL ORIGEN DEL CAMBIO CLIMATICO EN CHILE Y SU EFECTO EN LA POBLACION HUMANA

Estimados amigos lectores desde la semana anterior que he comenzado con un ciclo de comentarios referente a uno de los temas que nos afecta a los chilenos y al mundo entero, como lo es el Cambio Climático, es por ello que creo urgente de nuestra parte tomar conciencia e informarnos de este peligroso fenómeno natural de tal manera de que nosotros como ciudadanos informados incentivemos a los demás a tomar medidas atingentes para prevenir de que nuestras futuras generaciones se vean afectadas por este desastre natural que avanza sin diferenciar culturas, clases sociales, tendencias políticas, etc.

Uno de los fenómenos más complejos de interpretar en relación con el cambio global es el de la población humana. La especie humana ha experimentado durante los últimos miles de años, y especialmente en los últimos 500, un crecimiento y cambios sin precedentes en su distribución poblacional. El aumento poblacional ha ocurrido en casi todos los países, pero especialmente en los del Tercer Mundo, incluido Chile.
Una misma cantidad de población humana, incluso una misma densidad, puede tener efectos ambientales muy distintos, dependiendo de sus relaciones en el entorno. Tecnología mal aplicada o exceso de demanda por sobre lo que el ecosistema es realmente capaz de tolerar, pueden tener efectos de transformación de tipo degradativo.

La historia ecológica de Chile nos enseña que éste es el origen de parte de la degradación ocurrida con algunas especies, paisajes, acuíferos, lagos, ríos, etc. La degradación ambiental es equivalente, desde el punto de vista ecológico, a una reducción de la superficie y del potencial natural del país y, por lo tanto, debe ser una preocupación fundamental de toda la población.
El Norte Chico y algunas zonas boscosas de Coyhaique, por ejemplo, fueron degradadas (desertificadas) en momentos en que nuestra percepción y tecnología eran muy diferentes. Es posible que hoy, enfrentados a la misma situación, no permitiríamos los usos no sustentables que en está época le hicieron, o propiciaríamos escenarios de uso muy distintos. Ahora el daño está causado y el ambiente ya ha sido degradado. La recuperación de esas enormes superficies es casi imposible económicamente, ya que existen otras urgencias que estarán siempre presentes. Si bien podemos ponerle precio a unas hectáreas desertificadas, es difícil evaluar qué precio tiene para Chile la degradación del Norte Chico y las zonas boscosas de Coyhaique. Desde el punto de vista de capacidad de sustentación de población humana, ha significado ciertamente una reducción de ella.
Sabemos que las capacidades de sustentación de las distintas zonas del país son diferentes, y para cada zona deben investigarse tanto los efectos ambientales producidos por la población existente como los esperables por la población proyectada en caso de continuar el tipo de relación con el ambiente. Si existe degradación ambiental, aunque la densidad humana parezca baja comprada con la de otras partes del país o del planeta, se deben investigar sus causas y determinar los cambios necesarios.
Debido a que los cambios ambientales pueden ser de difícil reversibilidad, como con la desertificación, o imposibles de recuperar, como cuando se extinguen especies, es importante que los cambios correctivos se lleven a cabo en un plazo suficientemente corto como para no seguir degradando el potencial natural de una zona. No es el propósito de estos artículos detallar todos los problemas globales, pero sí describir la dinámica general en que estamos insertos.
Amigos lectores la próxima semana les comentaré sobre el efecto de este fenómeno en Chile con el propósito de generar una plataforma de información hacia ustedes de tal manera de que nos sintamos parte del desarrollo sustentable que esperamos lograr para nuestro país en el mediano plazo.

EL CALENTAMIENTO GLOBAL Y SUS CONSECUENCIAS

El clima siempre ha variado, el problema del cambio climático es que en el último siglo el ritmo de estas variaciones se ha acelerado de manera anómala, a tal grado que afecta ya la vida planetaria. Al buscar la causa de esta aceleración, algunos científicos encontraron que existe una relación directa entre el calentamiento global o cambio climático y el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), provocado principalmente por las sociedades industrializadas.
Un fenómeno preocupa al mundo: el calentamiento global y su efecto directo, el cambio climático, que ocupa buena parte de los esfuerzos de la comunidad científica internacional para estudiarlo y controlarlo, porque, afirman, pone en riesgo el futuro de la humanidad.
¿Por qué preocupa tanto? Destacados científicos coinciden en que el incremento de la concentración de gases efecto invernadero en la atmósfera terrestre está provocando alteraciones en el clima. Coinciden también en que las emisiones de gases efecto invernadero (GEI) han sido muy intensas a partir de la Revolución Industrial, momento a partir del cual la acción del hombre sobre la naturaleza se hizo intensa.
El efecto invernadero es un fenómeno natural que permite la vida en la Tierra. Es causado por una serie de gases que se encuentran en la atmósfera, provocando que parte del calor del sol que nuestro planeta refleja quede atrapado manteniendo la temperatura media global en +15º centígrados, favorable a la vida, en lugar de -18 º centígrados, que resultarían nocivos. Así, durante muchos millones de años, el efecto invernadero natural mantuvo el clima de la Tierra a una temperatura media relativamente estable y permitía que se desarrollase la vida. Los gases invernadero retenían el calor del sol cerca de la superficie de la tierra, ayudando a la evaporación del agua superficial para formar las nubes, las cuales devuelven el agua a la Tierra, en un ciclo vital que se había mantenido en equilibrio.
Durante unos 160 mil años, la Tierra tuvo dos periodos en los que las temperaturas medias globales fueron alrededor de 5º centígrados más bajas de las actuales. El cambio fue lento, transcurrieron varios miles de años para salir de la era glacial. Ahora, sin embargo, las concentraciones de gases invernadero en la atmósfera están creciendo rápidamente, como consecuencia de que el mundo quema cantidades cada vez mayores de combustibles fósiles y destruye los bosques y praderas, que de otro modo podrían absorber dióxido de carbono y favorecer el equilibrio de la temperatura. Ante ello, la comunidad científica internacional ha alertado de que si el desarrollo mundial, el crecimiento demográfico y el consumo energético basado en los combustibles fósiles, siguen aumentando al ritmo actual , antes del año 2050 las concentraciones de dióxido de carbono se habrán duplicado con respecto a las que había antes de la Revolución Industrial. Esto podría acarrear consecuencias funestas para la viva planetaria.
Gracias a la presencia en la atmósfera de CO2 y de otros gases responsables del efecto invernadero, parte de la radiación solar que llega hasta la Tierra es retenida en la atmósfera. Como resultado de esta retención de calor, la temperatura promedio sobre la superficie de la Tierra alcanza unos 60ºF, lo que es propicio para el desarrollo de la vida en el planeta. No obstante, como consecuencia de la quema de combustibles fósiles y de otras actividades humanas asociadas al proceso de industrialización, la concentración de estos gases en la atmósfera ha aumentado de forma considerable en los últimos años. Esto ha ocasionado que la atmósfera retenga más calor de lo debido, y es la causa de lo que hoy conocemos como el calentamiento o cambio climático global.

¿Podemos hacer algo para reducir la emisión de gases de invernadero y las consecuencias del calentamiento global?

Todos mis estimados lectores podemos hacer algo para reducir la emisión de gases de invernadero y las consecuencias del calentamiento global. Creo personalmente que todos podemos contribuir con medidas simples que solo son viables en la medida en que tengamos conciencia en creer que la vida es lo primero, a mi modo de pensar propongo lo siguiente:

Reducir el consumo de energía eléctrica
Utilizar bombillas fluorescentes
Limitar el consumo de agua
Hacer mayor uso de la energía solar
Sembrar árboles alrededor de la casa para reducir el uso de acondicionadores de aire
Reciclar envases de aluminio, plástico y vidrio, así como el cartón y el papel
Adquirir productos sin empaque o con empaque reciclado o reciclable
Utilizar papel reciclado
Caminar o utilizar transportes públicos
Hacer uso eficiente del automóvil

Mis amigos creo que lo primero que debemos hacer es crear conciencia en otros sobre la importancia de tomar acciones dirigidas a reducir el impacto del calentamiento global y eso estimo que no solo es deber nuestro sino que también es deber del estado ponerlo en marcha como política publica

Los Diagnósticos de la actual Seguridad Energética en Chile

La energía es un ingrediente fundamental en la socie­dad moderna y su abastecimiento impacta directamen­te en el desarrollo social y económico de los países. El desarrollo y la calidad de nuestra vida y de nuestro tra­bajo son totalmente dependientes de un abastecimien­to energético abundante, continuo y económicamente eficiente. Esta realidad se ha hecho dramáticamente evidente para nuestro país, que enfrenta una situación crítica en su abastecimiento energético.
El crecimiento económico y del consumo energético va intrínsecamente ligado en la sociedad moderna, a más energía utilizada mayor crecimiento económico. Este acoplamiento entre economía y energía se describen a mí parecer en los siguientes diagnósticos referente a la seguridad energética en Chile y que sin duda será un pilar fundamental al momento de analizar las perspectivas de crecimiento económico, social y geopolítico de nuestro país.

1. Alto Grado de Dependencia: Chile importa el 72% de la energía que consume en la forma de petróleo, gas y carbón. Esta dependencia pone al país en una situación de vulnerabilidad frente a la volatilidad de los precios internacionales y/o a las interrupciones
en el suministro.

2. Crecientes Cortes en el Suministro de Gas: Los recortes en el suministro de gas desde Argentina, que afectan al país desde 2004, seguirán incrementándose en volumen porque el país trasandino no tiene la capacidad suficiente para satisfacer su creciente demanda interna. A ello se suma el hecho de que se va ir ampliando la capacidad de transporte interno desde las cuencas productoras hacia Buenos Aires, lo que va a dejar aún menos gas disponible para las exportaciones.

3. Variables Hidrológicas (SIC): La capacidad instalada de generación eléctrica en el Sistema Interconectado Central (SIC) es en un 55% hidráulica, razón por la cual las variables hidrológicas como las lluvias y deshielos impactan decisivamente en la cantidad de energía disponible para satisfacer la demanda. Actualmente, entre las regiones V y X,
incluida la Región Metropolitana, se observa superávit de precipitaciones. En virtud de lo anterior, la energía hidroeléctrica acumulada en las principales centrales de embalse del sistema resulta ser un 26 % mayor que la energía acumulada a la misma fecha del año 2007 y un 12 % mayor que la energía acumulada a la misma fecha de un año de condiciones hidrológicas normales. Finalmente, en el último boletín de la Dirección de Meteorología se consigna que está en formación la fase de inicio del fenómeno de "El Niño", a partir de lo cual se esperan precipitaciones por sobre el promedio de la época primaveral, entre las Regiones V y IX, incluida la Región Metropolitana, condición favorable para la disponibilidad de recursos hídricos en el sistema.

4. Variables Medioambientales (SIC): Otra limitante que impactaría sobre la cantidad
de energía disponible dice relación con las restricciones ambientales que pueden surgir en algunas zonas saturadas debido a las emisiones de las centrales a diesel y carbón.

5. Rezago en las inversiones (SIC): Como consecuencia de la incertidumbre provocada por los cortes de gas argentino que se iniciaron a partir del 2004, tanto respecto a la seguridad en el suministro como a los precios futuros de importación de gas, se produjo un retraso en las inversiones en generación eléctrica. Esta situación fue subsanada con la dictación de la Ley Corta II en mayo de 2005.

6. Desafíos logísticos y técnicos (SING): En el Sistema Interconectado Norte Grande (SING) hay capacidad instalada de sobra (3.596 MW para una demanda máxima de
1.570 MW). En caso de cortes totales de gas, el sistema puede operar en base a carbón y
diesel. Sin embargo, hay problemas logísticos relacionados con el transporte y
almacenamiento de diesel que es necesario abordar para garantizar la seguridad del
sistema.

Estimados amigos lectores la próxima semana les comentaré lo importante que tiene para nuestro país y para el planeta generar energías limpias y cuidar nuestro medio ambiente, ya que se nos presenta una amenaza muy latente como lo es el calentamiento global que en algún futuro incierto puede afectar la calidad de vida de los seres humanos, flora y fauna.

Crear un futuro con seguridad energética

Hoy en día, el concepto “seguridad energética” está incorporado en las agendas política, diplomática, económica, comercial e incluso militar de gran parte de las naciones del mundo. De hecho, éste fue el principal tema de trabajo abordado por los líderes del G8 en la cumbre de julio en San Petersburgo, durante la cual se suscribió el llamado “Plan de Acción Global Para la Seguridad Energética”, que incluye tareas tendientes a aumentar transparencia, predictibilidad y estabilidad de los mercados energéticos globales; mejorar el clima de inversión en el sector energético; promover eficiencia y ahorro; diversificar las fuentes; garantizar la seguridad de la infraestructura; y abordar aspectos relacionados con sustentabilidad y cambio climático.

En ese contexto, el Gobierno chileno está impulsando su propio ambicioso, pero realista, Plan de Seguridad Energética (PSE) a través de acciones de corto y mediano plazo tendientes a:

Diversificar la matriz (en términos de insumos y proveedores)
Lograr mayor independencia/autonomía
Promover uso eficiente e inteligente de la energía

Estamos conscientes que enfrentamos un desafío importante y es por eso que estamos activamente fomentando las inversiones en fuentes tradicionales y no tradicionales. Chile necesita una buena combinación de insumos en su matriz, que contemple el uso de fuentes propias hidráulicas, eólicas, geotérmicas, biomasa, solar y fuentes en base a combustibles importados, como el carbón y el Gas Natural Licuado (GNL), de forma de minimizar la dependencia respecto a insumos y proveedores específicos.
En la actualidad se dispone de tecnologías energéticas saludables, seguras y renovables. Las barreras para un futuro energéticamente sustentable no son técnicas ni económicas. Los mayores obstáculos son el temor al cambio, la falta de voluntad política, y el empuje de la industria energética por maximizar sus ganancias.
Los gobiernos, las comunidades y las industrias deben cambiar fundamentalmente su enfoque y asumir un firme compromiso de promover y desarrollar energías renovables e implementar prácticas de conservación de energía y eficiencia energética.
Todos cargamos con la gran responsabilidad de entregar a los diversos pueblos, plantas, animales y ecosistemas del futuro un mundo habitable. Nuestro objetivo final es una completa revaloración de la sociedad moderna y de los intereses que sirve, dirigida a un reordenamiento fundamental de las prioridades sociales hacia la sustentabilidad y la justicia social.
Los humanos demoramos miles de millones de años en aparecer sobre la tierra, y sólo hemos vivido en comunidades, aldeas y ciudades los últimos diez mil años. Deseamos que todas las gentes y todas las especies puedan disfrutar de la vida sobre la tierra durante muchos años más. Este es un criterio básico para una sociedad sustentable.
Las tecnologías energéticas apropiadas, seguras y renovables son claves para alcanzar esta meta. Trabajando juntos, podemos crear sociedades que perduren hacia el futuro, viviendo en armonía con la tierra.

EFICIENCIA ENERGETICA: UNA DECISIÓN DE ESTADO

A partir de la crisis del petróleo de 1973, los países desarrollados han puesto en ejecución múltiples iniciativas de eficiencia energética que han significado en algunos casos, incluso metas de disminución absoluta del consumo de energía:

· Gran Bretaña; la política energética expuesta en: 2003 White Paper on Energy propone que el 25% al 40% de la demanda energética futura podría ser “abastecida” con mejoras en la eficiencia energética.
· Finlandia, se ha propuesto reducir el consumo de un 5% en 2010 con relación al consumo de 2000.
· Bélgica, el Plan de Desarrollo Sustentable (2000-2004) fijó metas de reducción del consumo en un 7,5% en 2010 comparado con 1990.

En Chile, a diferencia de esos países desarrollados, no se ha dado un proceso de desacoplamiento de las tasas de crecimiento del consumo de energía y de la actividad económica. Así, en el período 1990-2003, el crecimiento del 5,8% promedio anual del PIB, tuvo como contraparte un crecimiento del 5,1% en el consumo total de energía secundaria y dentro de esta, la electricidad tuvo un aumento de 8,2%. Si bien muchas pueden ser las causas de este fenómeno, una de ellas ha sido la inexistencia de políticas de largo plazo en materia de uso eficiente de la energía.

Sin embargo, se han realizado desde 1990 a la fecha un conjunto de iniciativas que han culminado con la creación del Programa País de Eficiencia Energética (PPEE), las que se detallan a continuación:

Período 1992-2000:

Se crea en la Comisión Nacional de Energía, una unidad de trabajo denominada "Uso Eficiente de la Energía" destinada a implementar un "Programa Nacional de Uso Eficiente de la Energía", el cual contó con recursos de la cooperación internacional. Dentro de este marco, se ejecutaron numerosas iniciativas destinadas a la promoción de la EE en distintas áreas de consumo energético, en particular bajo la forma de programas piloto y proyectos demostrativos. Entre estos, se destacan:

• Auditorías energéticas, incluyendo la identificación de proyectos y medidas de ahorro de energía.
• Programa de Modernización del Alumbrado Público.
• Proyecto de Edificios Públicos Inteligentes, que incluyó auditorias energéticas, ejecución de 4 proyectos demostrativos de administración de demanda.
• Seminarios, talleres y capacitación en Eficiencia Energética.

Período 2001-2005:

Este período se caracteriza por la prioridad que se da a avanzar en labores regulatorias y de normativa sectorial por sobre la ejecución de proyectos individuales. Como resultado de estas tareas se abrieron las siguientes líneas de trabajo asociadas al desarrollo de regulaciones sectoriales:
• Remoción de barreras legales al desarrollo de la Cogeneración
• Etiquetado de EE (Eficiencia Energética) para aparatos electrodomésticos
• Desarrollo de la Reglamentación Térmica Construcción Viviendas
• Elaboración de un Programa de Gestión Energética del Estado
• Coordinación público-privada para la definición de un Programa País de Eficiencia Energética

Un reciente estudio realizado por le CNE, tomando en consideración las experiencias de otros países, ha estimado que una política activa de eficiencia energética puede lograr reducciones globales de consumo del orden de 1,5% anuales. Si este ahorro se proyecta a 10 años representa un menor consumo de 247 millones de barriles equivalentes de petróleo, que valorizadas a US$ 50 por barril un menos consumo por US$ 12.350 millones. Los beneficios de esta política afectan a cuatro áreas básicas:

Estratégicos: reducción de la vulnerabilidad
Económicos: menores costos para la economía en su conjunto y para los consumidores, y generación de nuevas actividades económicas, empleo, oportunidades y aprendizaje tecnológico
Ambientales: alivio de las presiones sobre los recursos naturales y reducción de la contaminación a nivel local y global
Sociales: impacto positivo para las familias de menores ingresos que gastan un mayor porcentaje de sus ingresos en energía.

Estimados amigos lectores la próxima semana les comentaré sobre la importancia que tiene para nuestro país generar políticas de seguridad energética ya que estimo que es uno de los principales desafíos que enfrentan prácticamente todos los países que, al igual que Chile, dependen de las importaciones de diferentes tipos de combustible para producir la energía que se requiere para el transporte, la generación de electricidad, el funcionamiento de las industrias, la calefacción de hogares y las demás necesidades de un país que crece y se desarrolla.

OPCIONES TECNOLÓGICAS PARA LA SUSTENTABILIDAD

Desde un punto de vista tecnológico existe un conjunto de opciones que no han sido explotadas en el país, a pesar de que algunas de ellas presentan significativas potencialidades, las que no se concretan debido a que existe un conjunto de obstáculos que impiden su materialización. Estudios realizados recientemente indicarían importantes potencialidades en el caso de la eficiencia energética, tanto en lo que respecta a la producción como el uso de la energía, igualmente es posible señalar que la cogeneración no dispone de los incentivos que ella ha tenido en países donde ella juega un rol de importancia.

Por último, se estima que las energías renovables deberían jugar, en el corto plazo, un papel más activo en el enfrentamiento de los problemas de abastecimiento energético de los sectores de la población marginados geográficamente. En el mediano y largo plazo (15 a 20 años), las fuentes renovables no convencionales deberían abastecer del orden de 10 a 15% de los requerimientos energéticos nacionales.

En relación a los obstáculos al desarrollo de estas opciones sustentables se pueden destacar las siguientes:

a) Obstáculos al uso eficiente de la energía:

Los obstáculos al UEE (Uso Eficiente de la Energía) se ubican tanto al nivel de las empresas energéticas que al nivel de los usuarios de la energía.

En relación a las primeras se pueden señalar, entre otras, las barreras siguientes:

El paradigma imperante vincula el éxito de las empresas al aumento de las ventas de energía (círculo vicioso ventas-utilidad), por lo que el UEE aparece como una amenaza, ya que se interpreta como una pérdida de ventas.
El sistema regulatorio no reconoce las inversiones que pudiesen realizar las empresas energéticas en mejorar la eficiencia con que sus clientes utilizan la energía.
A diferencia de los países donde se ha incentivado la cogeneración, ni las empresas eléctricas tienen la obligación de comprar los excedentes de electricidad y cuando lo hacen no ofrecen al cogenerador precios remunerativos.
Los precios de la energía no reconocen las externalidades derivadas de la producción y/o uso de ésta.

Por otra parte, desde el punto de vista de los usuarios, algunos de los principales obstáculos al UEE serían:

· Los usuarios no tienen conciencia de las potencialidades económicas del mejoramiento de la eficiencia.
· En muchos casos la energía representa un porcentaje reducido de los costos, lo que constituye una falacia, ya que si la energía representa un 10% de los costos y es posible obtener un ahorro de un 20% en el consumo de energía, estaríamos reduciendo los costos en un 2%, lo que se traduce en un aumento neto de las utilidades de un 2%, lo que es mucho para la mayoría de las empresas.
· Los usuarios tienen una clara tendencia a adoptar decisiones en base al costo inicial, en vez del ciclo de vida del equipo, es decir se privilegia la reducción de la inversión (los equipos eficientes energéticamente son más costosos que los estándar) por sobre un menor costo total (costo del capital anualizado más costos de operación y mantención anuales).
· No siempre quien selecciona el equipo o diseña el edificio es quien lo usa (o sea no paga los costos de operación), esto es particularmente cierto en el caso de los proyectos llave en mano.

b) Obstáculos a la introducción y difusión de las energías renovables no convencionales

Si bien, como en los casos anteriores, los obstáculos son numerosos, se estima conveniente destacar algunos de ellos, entre ellos se pueden citar:

La falta de la incorporación de las externalidades de la producción y uso de las energías convencionales en los costos de éstas, lo que haría más competitivas las renovables.
Debilidad institucional, de las organizaciones que promueven, desarrollan, instalan y operan las energías renovables respecto de sus equivalentes en el ámbito convencional, dicha debilidad se manifiesta en los aspectos organizacionales y de recursos financieros, técnicos y humanos.
Desconocimiento de la disponibilidad del recurso, ello es particularmente crítico para las instalaciones que deban abastecer a la red eléctrica, debido a la casi imposibilidad de asegurar una potencia firme.
Sesgo o desequilibrio en la evaluación de alternativas tecnológicas, entre renovables no convencionales y energías convencionales, ello se vincula con la aversión al riesgo tecnológico y/o económico de los responsables de la toma de decisiones en este campo.

Mis estimados lectores en artículos anteriores les comenté de la verdadera opción que tiene nuestro país de desarrollar e investigar los diversos tipos de recursos energéticos, sin embargo es muy adecuado hablar sobre la importancia que tenemos cada uno de los ciudadanos de este país en buscar la mejor manera de aprovechar estos recursos por intermedio de medidas de uso eficiente de la energía, que por momentos se muestra esquivo en el accionar económico, social, geopolítico y educativo de nuestro Chile.

LA GEOPOLITICA DEL GAS Y DEL PETROLEO EN LATINOAMERICA

Asegurar la confiabilidad de los abastecimientos mundiales de energía requerirá políticas que, a un mismo tiempo, estimulen el uso de tecnologías más nuevas y limpias y se ocupen de los retos políticos planteados por la creciente demanda mundial de petróleo y gas natural. La política latinoamericana procura estimular la expansión y diversificación de la oferta mundial de energía y promover la transparencia y las instituciones democráticas que ayudan a los países productores de energía a hacer uso más productivo de sus recursos.
La energía es el ingrediente vital de la economía mundial. Aun cuando trabajamos con empeño en la eficiencia energética e invertimos en el desarrollo de nuevas tecnologías energéticas, el petróleo y el gas natural seguirán siendo esenciales por muchos años. El desarrollo económico en todo el mundo significa que la demanda mundial de petróleo y gas seguirá creciendo a corto plazo. Lo que es aún más significativo, el rápido crecimiento de China y el aumento de su demanda general de energía continúan afectando los mercados energéticos. Algunos analistas estiman que China podría ser responsable de hasta una tercera parte del aumento marginal mundial de la demanda de petróleo en los próximos años.
En consecuencia, el mundo debe encontrar, investigar y desarrollar suministros de petróleo y gas más confiables, que permitan el crecimiento económico sostenido. Desafortunadamente, es muy complicado que el petróleo y el gas se encuentran más a menudo en países con regímenes políticos problemáticos o una geografía física difícil. Varias realidades determinan a mí entender acerca de la seguridad energética y cómo deberíamos dotar de confiabilidad a nuestro suministro de energía:
· Dos tercios de las reservas de petróleo conocidas en el mundo están en el Medio Oriente.

· Los sacudimientos de la oferta petrolera en cualquier región del mundo tendrán impacto en la economía chilena mediante la operación instantánea de los mercados internacionales del petróleo.
Dado que se requieren compromisos de largo plazo, las inversiones en energía son costosas y arriesgadas. Al reconocer esta realidad, la política energética latinoamericana procura alentar la expansión y diversificación de la oferta de energía. Nuestra política se dirige a apoyar el desarrollo de los recursos energéticos encabezado por el sector privado, mediante la reducción de la incertidumbre política que, de otra manera, podría entorpecer la inversión que se necesita.
Los proyectos de petróleo y gas son problemáticos en muchos países en desarrollo incluyendo el nuestro, debido a que las corrientes de ingresos están ocultas, o son desviadas, y los ciudadanos comunes y corrientes sienten que no reciben ningún beneficio de la riqueza natural de su país. Los procesos democráticos y el desarrollo de instituciones de gobierno promueven la estabilidad política y económica, el uso de la riqueza mineral para reducir la pobreza y para el desarrollo económico y la reducción de los conflictos relacionados con el petróleo en los países productores de energía de todo el mundo.
A largo plazo necesitamos tecnologías nuevas, tales como la del hidrógeno y la captura del carbono, que puedan alimentar nuestra economía a la vez que aumentan la seguridad energética y minimizan el impacto ambiental del consumo de energía. Entre tanto, nuestra política energética internacional debe atender los retos conocidos que plantea una economía basada en los hidrocarburos, donde las reservas de petróleo se concentran en varias regiones problemáticas del mundo. La transparencia y el buen gobierno son cada vez más importantes para sostener las inversiones internacionales en desarrollo energético en las regiones que ofrecen oportunidades de producción de energía. Mis estimados amigos lectores soy un convencido que no se debe temer en proponer una política de diversidad energética en nuestro país, sin embargo creo que cualquier propuesta que se haga debe ser a base de proyectar a nuestro país hacia un país con menos desigualdades sociales promoviendo la seguridad de sus ciudadanos y del medio ambiente.

CHILE Y SU ACTUAL VISION SOBRE LA EXPLOTACION DEL URANIO

Estimados amigos lectores tal como lo comente en el artículo anterior nuestro país posee materias primas suficientes para no descartar un eventual desarrollo de energía nuclear, es por ello que esta semana les comento sobre la visión que tienen nuestras autoridades gubernamentales sobre la explotación del uranio.
¿Hay uranio en Chile?, no está claro cuánto, pero parece que lo suficiente como para que se transforme en una actividad extractiva que incluso podría llevar a la exportación. El uranio se encuentra en bajas concentraciones en el suelo, el agua y las rocas, asociado a diversos minerales, principalmente la uranitita y también es un subproducto de la producción de cobre, oro o fosfatos.
En prospecciones realizadas por la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN) con el apoyo de la Agencia Internacional de Energía Atómica y otros organismos, los informes preliminares han sido auspiciosos, faltando un análisis más profundo. Hoy el precio del mineral en el mercado lo hace bastante atractivo. La libra de uranio alcanza hoy los US$ 56 ($29.600), cuando en 2000 apenas llegaba a los US$ 7. Recordemos que la libra de cobre está a $US 3,5.
En 1985, la CCHEN presentó una carta pronóstico que abarca desde Tarapacá hasta Rancagua. Según ella, "Chile presenta condiciones para la explotación de uranio que van de medianamente favorables a favorables". Después del alentador pronóstico había que entrar a picar. La CCHEN quiso hacerlo en los 80; el presupuesto nunca llegó. Uno de los sondeos exitosos efectuados para el pronóstico tuvo lugar en Productora, al sur de Vallenar. Es la única pertenencia minera de la CCHEN, sin embargo no se está extrayendo. En concreto, lo estamos perdiendo.
Uno de los ejemplos es la mina de fosforita de Bahía Inglesa (la misma de los fósiles de mamíferos marinos de hace millones de años). Los geólogos Heriberto Fortín y Mario Rojo la descubrieron en el marco de las campañas de los 80. Se estimó que de ahí se podrían obtener hasta 300 toneladas como un derivado del ácido fosfórico. La planta que lo produce no cuenta con el circuito para recuperar uranio.
Hasta mediados de 2004 se estimaban en 9.000 toneladas de uranio perdidos considerando acumulativamente a Chuquicamata, Productora, Sagasca, El Tesoro, Bahía inglesa, Radomiro Tomic. Se pierden cantidades tan apreciables de uranio que podrían abastecer un reactor de potencia. Si se acumularan, el Estado podría formara un stock, habría suficiente para cuando entre en operaciones un reactor de potencia. Chile debe hacer acopio de este material.
Incluso si Chile optara por no apostar por la energía nuclear, podría obtener buen precio en el exterior. Y no sólo hay uranio. Los estudios de la CCHEN mostraron que también hay prospectos de torio, el otro mineral clave para producir energía nuclear. Tampoco se han explorado. De acuerdo a estos antecedentes creo mis estimados amigos que una institución del estado se debe al país y no al gobierno de turno, por lo tanto planteo la posibilidad de que se inicie un fuerte debate nacional para que de una vez por todas se defina una Política de Estado para el tema nuclear. Es muy dañino para nuestro país que se actúe por el prejuicio o por conveniencias políticas en temas tan trascendentes.
Nuestro país no está en condiciones de descartar en un futuro próximo el desarrollo nuclear. Una cosa es que Chile decida no incluir a la generación nuclear en su malla energética y otra es negarse a analizar la materia, al punto de prohibir hablar del asunto como si esta alternativa no existiera. Es lo que sucede en el actual Gobierno. La Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN) no puede evaluar, por ahora, técnicamente esta alternativa porque no está en la agenda de Gobierno. No me estoy pronunciando personalmente ni a favor ni en contra de la energía nuclear, hace falta un debate profundo.
Mis estimados lectores personalmente creo que los intereses del Estado, del país, son superiores a los del cualquier gobierno de turno. Como es posible que la CCHEN no pueda evaluar técnicamente la cuestión, no se puede amordazar técnicamente a un Instituto del Estado que por ley tiene la tarea precisamente de realizar esas evaluaciones técnicas. Es impropio que el Gobierno amordace a las instituciones estatales en temas técnicos. Como lo señale en artículos anteriores soy un convencido que nuestro país es un potencial rico en energías limpias como las renovables, la hidráulica, etc, pero en las condiciones actuales de dependencia energética que se encuentra el mundo entero, estimo que no se puede descartar de plano el uso de la energía nuclear, es por ello que nuestro país necesita urgentemente informar, debatir e invertir en capacitación sobre estas materias, ya que creo que las grandes políticas de consenso y desarrollo de cualquier país es cuando se incluye la participación ciudadana.

¿CHILE CUENTA CON MATERIA PRIMA PARA UN EVENTUAL DESARROLLO DE ENERGIA NUCLEAR?

En medio del debate sobre el estudio para utilizar energía nuclear en Chile, se ha conocido un informe de organizaciones ambientalistas que rechaza su consideración debido, entre otras razones, a la dependencia que implicaría para el país la utilización del uranio, elemento esencial para la generación de energía nuclear. Se aduce que los recursos de uranio serían escasos y de baja ley.

En estos días la compañía minera BHP Billiton anunció que había duplicado sus estimaciones de recursos de uranio y oro en la mina Olympic Dam en Australia, una de las operaciones mineras más importantes en el mundo. Este caso, junto a otros que anuncian aumento en los recursos disponibles, demuestran que los mercados mineros tarde o temprano se ajustan de acuerdo a la señal entregada por el precio, vale decir, la escasez se refleja en un mayor precio lo que genera mayor exploración y luego producción permitiendo disponer de mayores recursos.
En el caso del uranio, el precio se ha incrementado en un 500% en los últimos años.

Pero tal vez el aspecto menos conocido en este debate sea que Chile cuenta con recursos de uranio, los cuales no han sido suficientemente desarrollados hasta ahora.

En efecto, a partir de la aún limitada información geológica disponible en el país, algunos muestreos geoquímicas mostrarían un buen potencial para recuperar metalúrgicamente el uranio como subproducto desde soluciones de lixiviación (proceso hidrometalúrgico que permite obtener el cobre de los minerales oxidados que lo contienen en algunos yacimientos exóticos). Si bien el costo de esta técnica es alto, no debiera inhibir su evaluación económica y técnica sobretodo si el país necesitaría este recurso y porque el precio lo justificaría. Actualmente estos recursos son desperdiciados en los residuos mineros.

Sin embargo lo más importante sería explotar los recursos de uranio en el país. Sin ser abundantes, se conocen recursos de uranio desde la década del 70, cuando la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN), con financiamiento internacional, materializó la prospección de recursos de uranio en sólo un 7% del territorio nacional.

Desde entonces no ha existido exploración en el país, pero es sabido el interés que actualmente han expresado compañías de exploración internacional por explorar el territorio chileno en busca de uranio.

De acuerdo a la ley 18.097, orgánica constitucional sobre conseciones mineras, el estado tiene primera opción de compra, al precio y modalidad habituales del mercado, de los productos minerales que esta ley declare de valor estratégico, uno de los cuales es el uranio. A partir de lo anterior mis estimados amigos lectores, tiene sentido que nuestro país plantee la posibilidad de establecer un inventario estratégico de uranio a partir de la explotación de este recurso en el territorio nacional, tal como existe en otros países. De esta forma Chile podría plantearse seriamente la opción de alcanzar independencia energética en un horizonte de tiempo determinado.

Personalmente como lo señale en los artículos anteriores, pienso que no se debe descartar el estudio de todas las alternativas energéticas disponibles, bajo la convicción que la energía es indispensable para el crecimiento y la eliminación de la pobreza y sin olvidar que cualquiera de ellas tiene impactos no deseados.
El Estado debe impulsar y financiar los estudios, así como informar y facilitar el acceso a la ciudadanía de los resultados de éstos. Además creo que al hablar de costos y beneficios de la energía, se entiendan en un marco amplio, es decir, económicos, sociales, ambientales y culturales. Por otro lado, la diversificación energética incluye las fuentes, abastecedores y proveedores. Con todo, no debemos descartar estudiar la opción nuclear sólo por prejuicios; se requiere de información seria y objetiva que considere tanto los aspectos positivos como los negativos.

La humanidad sabe aprender de sus fracasos y, por lo tanto, debe analizarse su conveniencia. Mis amigos lectores la próxima semana les seguiré comentando de la importancia que tiene para un país ser energéticamente sustentable, ya que creo firmemente que un país energéticamente desarrollado, es un país que tiende a pensar en el bien común de sus ciudadanos.

DESARROLLO NUCLEAR Y SU REPERCUSIÓN EN LA POLÍTICA INTERNACIONAL DE CHILE

En los temas y problemas de energía nuclear, como en otros temas trascendentes, los Estados recurren a establecer el interés nacional para definir la política que deben seguir, ya que, tanto en los aspectos del desarrollo, como de la seguridad nacional, el tema nuclear tiene evidente importancia.

El tremendo impacto que el empleo violento de la energía nuclear produjo en la Humanidad creó una conciencia colectiva mundial, de estar sometida a una fuerza demoníaca que, en cualquier instante, puede aniquilar al género humano. Esta percepción de energía peligrosa aumenta el efecto disuasivo mutuo entre las potencias que poseen esta arma formidable. Sin embargo, el desarrollo y uso pacífico del átomo posee indiscutibles ventajas técnicas y económicas que, pese a algunos accidentes importantes, proporciona enormes energías y otros efectos que constituyen factores de desarrollo y de progreso material.

Todo conocimiento que se logre en el uso pacífico del átomo es aplicable al campo militar. Esta dualidad es la que produce mayor preocupación e intranquilidad y la que dio origen a los controles o salvaguardias internacionales que las potencias nucleares ejercen sobre los demás Estados, con el objetivo de mantener la supremacía nuclear y de evitar la proliferación de armas y de potencias nucleares. Esta realidad hace cada vez más difícil acceder a la opción nuclear por los países que no lograron capacidades nucleares por sus propios recursos antes de firmar los Tratados de no proliferación que impusieron las grandes potencias nucleares.

No obstante, la energía nuclear con fines pacíficos constituye una herramienta eficaz para el desarrollo económico y social de las naciones modernas. El Estado chileno todavía no ha definido una política nuclear que informe el accionar de la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN) para el logro de metas concretas que se complementen con las opciones que esta energía abre al país para su “desarrollo político, social, económico y de seguridad nacional”.

Chile ha firmado incondicionalmente todos los Tratados de temas nucleares que le atañen, tales como el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP) de 1970; el Tratado para la Proscripción de Armas Nucleares en América Latina y el Caribe (Tlatelolco); el Tratado de Rarotonga, que establece una zona desnuclearizada en el Pacífico Sur; y el Tratado que Prohíbe las Pruebas Nucleares en la Atmósfera. Argentina, sólo recientemente firmó los Tratados: TNP y Tlatelolco. No se descarta que en la negociación para conceder esas firmas haya obtenido su condición de Miembro Extra OTAN (Alianza preferencial con EE.UU.).

Es por ello mis amigos lectores que antes de hacerse una idea apresurada de las ventajas y desventajas que conlleva para nuestro país desarrollar este tipo de energía y de su relación en el contexto internacional, aquí respondo algunas interrogantes que son muy útiles para entender cual será la ruta de desarrollo que nuestro país debiera considerar además del desarrollo de energías renovables como primera opción.

¿Se aplica la tecnología de energía nuclear en otros países?

Efectivamente la energía nuclear y sus aplicaciones se ha probado en unos 40 países, entre los cuales se encuentran Estados Unidos, Canadá, Francia, Bélgica, Holanda, Sudáfrica, México, Argentina, entre otros. Cabe destacar que en muchos países esta tecnología no solo se ha aplicado en el contexto de generación de energía eléctrica, sino que también en la alimentación de astronautas, pacientes que presentan patologías relacionadas con el cáncer y en caso de países con mas experiencia en estas materias se ha utilizado en pacientes portadores del virus del Sida.

¿Cuántos países poseen reactores nucleares de potencia?

En el año 2001 había 438 reactores de potencia en operación en 32 países, con una capacidad de producción eléctrica de 351.327 magawatts eléctricos (MWe) totales netos. Además, había 31 reactores más en construcción, representando una capacidad energética total de 27.756 MWe. A continuación les presento una tabla que simboliza el desarrollo de algunos países en cuanto a su cantidad de reactores de potencia eléctrica. El 17 % de la energía eléctrica que se produce hoy en el mundo hoy es de origen nuclear.

Basta leer la prensa para comprender que el tema nuclear es de una alta sensibilidad y que su tratamiento siempre despierta reacciones y posturas muy encontradas en las que a menudo prevalece el contenido emocional por sobre el racional. Como lo señale en artículos anteriores este es un tema muy delicado, que no se puede tratar a ligera, es por ello que en los próximos artículos seguiré comentándoles sobre este interesante tema que para nuestro país no puede ser un tema ajeno, de acuerdo al alto costo de los suministros energéticos, que sin duda mis amigos afectan al actor mas importante en el desarrollo de cualquier país…su gente.

ENERGIA NUCLEAR: ¿UNA OPCION DE FUTURO PARA CHILE?

Aunque ya han pasado 21 años, el accidente de Chernobyl sigue siendo considerado como un aspecto insalvable dentro de una posible opción para la incorporación de usinas nucleares en una matriz energética, ante cuya disyuntiva nuestro país no se encuentra ajeno. El accidente de Chernobyl transformó a la energía nuclear de los años 90 en sinónimo de desastre y destrucción. Grupos ambientalistas hicieron de ella el principal enemigo.

En relación a los daños que la radiación causa en tejidos vivos, que podrían provenir de los deshechos de este tipo de energía, conviene recordar que la unidad para medir sus efectos es el milisievert. En algunos países, como Inglaterra por ejemplo, un individuo está expuesto a unos 2.5 milisievert anuales, debido a la radiación de fondo de fuertes naturales. Los operarios de una usina nuclear moderna están expuestos aproximadamente al doble.

El efecto psicológico en la opinión pública, sin embargo, es completamente distinto. Por ejemplo, si se trata de navegación aérea comercial, la tripulación de un avión que se encuentra a 12.000 metros de altura, por efecto de los rayos cósmicos, recibe la misma dosis de radiación que los operarios una usina nuclear en funcionamiento, de alrededor de 5 milisievert.

A nivel mundial, dentro del sector tecnológico nuclear, se realizan grandes esfuerzos dirigidos a aumentar la eficiencia y el aprovechamiento del combustible, a reducir la cantidad de residuos y, sobre todo, a mejorar la seguridad de las centrales nucleares, con diseños avanzados de reactores, que basan su seguridad en un menor tamaño, así como en la simplificación del diseño y la refrigeración por convección natural, de forma que no dependa de sistemas mecánicos para su funcionamiento. La vuelta hacia la opción nuclear surge ante la necesidad de un nuevo sistema energético mundial que dé solución a problemas tan apremiantes como es la reducción de gases efecto invernadero y la búsqueda de sustitutos a los combustibles fósiles, que en la actualidad proporcionan el 70% de la energía consumida en el mundo. Este efecto conlleva entre otras, la lluvia ácida, las emisiones tóxicas, las enfermedades respiratorias, la contaminación con metales pesados y las emisiones de CO2.

En referencia a este último aspecto, parece haber consenso en que las energías renovables (solar, eólica entre otras), deben jugar un papel fundamental, ya que el potencial existe y su capacidad de producción está demostrada. Lo anterior ha abierto un debate a nivel mundial respecto de la energía nuclear: ¿Ésta debe o no formar parte fundamental de una nueva matriz energética en un futuro próximo?

En Chile, a lo anterior se deben comentar nuevas variables: los problemas de abastecimiento de gas desde Argentina (70% del gas que se consume en el país), situación que muestra claramente una política energética de corto plazo que podría ser corregida con la opción nuclear. En nuestro país el sistema energético debe estar basado en la sustentabilidad, el ahorro energético, el mejoramiento de la eficiencia y en la diversificación de la matriz energética. Para ello, la utilización de energías renovables y principalmente el sector nuclear, son opciones que requieren consideración.

A favor de la energía nuclear, se puede decir que las reacciones nucleares son un millón de veces más energéticas que la combustión, por lo que su volumen de residuos es comparativamente menor en la misma proporción y se encuentran en forma sólida. En términos de comparación, una usina de carbón de 600 MW, produce un millón y medio de toneladas por año de residuos, en tanto una nuclear de igual potencia sólo, 15 toneladas que se reducen aún más si se cuenta con proceso de reciclaje. En la actualidad se aprovecha apenas el 5% del poder energético del uranio por lo que una mejora en el ciclo de combustible, reprocesado y la transmutación lograrán disminuir tanto el volumen de residuos, como su período de radioactividad, de manera considerable.

Para una opción nuclear en nuestro país, es claro que previamente se debe cumplir con ciertos requisitos que a mi parecer son esenciales:

· El país debe contar con una política a largo plazo (20 a 30 años) de generación nucleoeléctrica
· Apoyo gubernamental y de la ciudadanía a un programa de esta naturaleza
· Adecuada legislación en el campo de la radiación y seguridad nuclear
· Una red eléctrica interconectada, adecuada a esta tecnología

Además, sería necesario establecer acuerdos internacionales sólidos de transferencia tecnológica y preparar personal altamente calificado en todas las áreas que garanticen la competitividad del sistema. La posible limitación sismológica de nuestro país no debe ser un obstáculo insalvable si se cuenta con serios estudios al respecto.

Otra prueba de que esta opción no debe ser en principio rechazada en el diseño de un nuevo sistema energético para Chile, es que el sector nuclear y el de energía solar pueden producir en el futuro una sinergia potente, trabajando en forma conjunta para optimizar los ciclos y pasar de la escala de laboratorio (en la que actualmente se encuentran en otros países), a ser capaces de producir hidrógeno a precios competitivos con los sistemas de producción de hidrógeno convencionales sin emisiones de gases con efecto invernadero.

Mis amigos y estimados lectores la próxima semana seguiré comentando de la opción de desarrollar energía nuclear en nuestro país y de la trascendencia que este tema tiene para nuestro país en el contexto interno de desarrollo sostenible y en el contexto internacional con los países vecinos.

La Energía Nuclear: Lo Bueno, Lo Malo y Lo Otro.

Estimados lectores personalmente comienzo comentándoles que este es un tema complejo abordar para mí debido a mi formación científica y a mi modo de pensar, ya que soy un humilde admirador del humanismo cristiano y que creo que la vida de las personas es lo primero. Por varias razones presento mis argumentos; por ejemplo, la existencia de una historia sobre una mala parición de esta forma de energía en el mundo. Es muy difícil abstraerse de la asociación entre la energía nuclear y su origen como arma de destrucción masiva. Por otro lado existen intereses creados, los cuales no verán con buenos ojos este competidor en el mercado de la generación energética. También hay dos grupos de personas preocupadas por las consecuencias, sobre el medio ambiente, de la aplicación descuidada de ciertas tecnologías (por decirlo de una forma suave). He mencionado dos grupos; un grupo que está realmente consciente del problema que se produce por el efecto acumulativo de la aplicación descuidada e inconsciente de tecnologías riesgosas, en particular ante la ausencia de estudios acabados sobre sus consecuencias, y sobre la optimización de tales tecnologías, optando por procesos limpios, etc.

El problema es que: se prioriza el beneficio económico cortoplacista por sobre el camino más costoso y serio, el cual conlleva a una aplicación segura y eficiente, pero más cara, del conjunto de esos procesos potencialmente dañinos o de consecuencias insospechadas, normalmente por falta de conocimiento cabal, del o de los temas relacionados. También existe un grupo radical, obviamente con intereses creados, escondidos bajo un barniz de preocupación ecológica, y con otros intereses menos obvios, pero que parten por la generación de un estado de histeria sobre tal o cual tecnología, induciendo irresponsablemente a que un gran sector social opine, sin fundamentos y con argumentos parciales, sobre tal o cual tema. En este ámbito caen todas las tecnologías, y sus derivaciones, que nacieron con objetivos turbios, los cuales no eran precisamente generar un beneficio global, sino más bien un interés mezquino y particular, como lo es la guerra, en cualquiera de sus formas.

La política del avestruz no presenta ninguna alternativa útil, razonable y digna de una especie autodefinida como ser racional. El calificativo asociado a algún grado de bondad, beneficio o daño no pertenece a una fenomenología en particular, sino que al uso que este mismo grupo de seres racionales le da a dicha fenomenología, desde este punto de vista carece totalmente de sentido catalogar a la energía nuclear de buena o mala per sé. ¿A qué se le tiene miedo?, ¿Cuáles son los hechos que rodean este aura de maldad con esta forma de energía?, ¿Cuál es la verdad sobre esos hechos y otros que no se mencionan?, ¿Cómo borrar de la mente la imagen de un hongo atómico?, pero, ¿qué tiene que ver ese hongo con la energía nuclear? Si alguien tiene miedo de la energía nuclear le recomendaría cambiarse de planeta y quizás de universo, dado que la vida es posible gracias a esta forma de energía, ¿o no?. Aquellos que le tienen miedo a la radiación, ¿habrán escuchado algo de la radiación cósmica, o de la radiación natural?, o ¿de las playas de hermosas arenas blancas con una radiación de fondo, cuya dosis anual supera la internacionalmente permitida para cualquier trabajador asociado a instalaciones nucleares?, ¿sabrán de qué depende la temperatura del planeta?, ¿Sabía usted que la única forma de energía que no atenta contra el planeta, es la nuclear? ¡No confunda un accidente con la esencia, la no-alteración del medio ambiente!

Este es un conjunto de preguntas, que como muchas otras, no se responden ni analizan con cuidado, en particular por los grupos de fanáticos que difunden el desconcierto y la desinformación, especulando sobre otras fuentes de energía, sin mencionar que el verdadero problema no está en el bajo consumo (como el habitacional), sino en el de gran escala, sobre las decenas o centenas de Mega Watts, el cual es imposible de ser generado trivialmente.

Lo más importante es: resolver primero el problema de estimar la demanda real de energía que la sociedad está dispuesta a consumir y si también está dispuesta a pagar sus consecuencias. ¿Por qué negar la posibilidad de descubrir una forma de tratar los residuos radiactivos?., sobre este tema se ha avanzado de manera increíble en los últimos cinco años y estamos ad portas de una solución definitiva y segura para todos, la seguridad de los reactores no es más un problema; insistir en colocar a Chernobyl como ejemplo es absurdo, dado que equivale a basarse en los aviones de los años 50 ó 60, los cuales eran inseguros, para afirmar entonces que es inseguro volar en los aviones modernos.
Por otro lado, ya que la estadística es una de las cosas que se mencionan respecto de los accidentes nucleares. ¿Por qué no comparar esas cifras con los muertos/año víctimas de la estupidez humana como la violación de los derechos humanos, los accidentes de tránsito, los asesinatos por robo, droga, etc.? O ¿Por qué no colocar en un cuadro comparativo el daño total causado al planeta por la quema y uso de los derivados de los combustibles fósiles? Puedo asegurar que esto muestra que la exaltación sobre posiciones extremas no ayuda a resolver un problema, sólo lo complica, porque no permite la búsqueda de la mejor solución, sino que tiende una nube de desconfianza, una incerteza absurda en la legitimidad de aspirar a exigir, que se tenga toda la información, antes de decidir y que normalmente lo que se muestra como muy bueno no lo es tanto y que lo muy malo tampoco lo es.

Las crisis generadas por falta de energía, es un problema interdisciplinario y muy serio, no se puede ser irresponsable y una verdad es que mientras no sepamos cómo producir más energía de forma segura, no se puede seguir aumentando ni promoviendo su consumo desmedido. Lo primero que se debe enseñar: es crear hábitos de consumo responsables y paralelamente, se debe estimular la investigación exhaustiva de la generación limpia de energía, por todas las fuentes conocidas, de producción y almacenamiento, intentando explorar otras alternativas nuevas.

Pero recuerde, hablemos de generación de potencia, porque para pequeña escala ya hay alternativas razonables, sólo basta perfeccionarlas un poco. Fomentar otra cosa, en este tema, es una estupidez producto de un egoísmo y una ignorancia típicamente partidaria, de quienes parasitan la sociedad con movimientos panfletarios y poco serios.

Estimados amigos la próxima semana seguiré comentando sobre la energía nuclear, ya que como lo señalaba anteriormente es un tema muy delicado y que no se puede abordar en forma ligera, porque por mucha crisis energética que viva nuestro país no se puede transar la vida de los seres humanos.

ENERGIA SOLAR: Las claves para una política energética sostenible

La energía solar térmica consiste en el aprovechamiento de la radiación que
proviene del Sol para: producción de agua caliente para consumo doméstico o industrial, climatización de piscinas, calefacción de nuestros hogares, hoteles, colegios, fábricas, etc. La energía solar es muy intensa en el norte de Chile, con valores de radiación máxima recibida por hectárea cercanos a 10 MW, es por ello que representa el mayor potencial de energía renovable disponible y con enormes reservas.

Tradicionalmente la conversión de energía solar en eléctrica se centró en el desarrollo de tecnologías que concentran el calor solar, utilizando espejos sobre tuberías, para alimentar centrales a vapor o mediante la conversión directa de energía lumínica en eléctrica en semiconductores dispuestos en celdas fotovoltaicas. Ambos sistemas no han logrado sobrepasar el 25% eficiencia, por lo que implicaría construir instalaciones inmensas y muy caras, si se pensará incorporarlo al sistema eléctrico. El uso de la energía solar se ha limitado a celdas fotovoltaicas para abastecer consumos aislados de electricidad de pequeña magnitud y al suministro de calor para procesos mineros, industriales y uso doméstico en pequeña escala.

En Alemania existe un nuevo desarrollo denominado Chimenea Solar, su funcionamiento fue testeado en un prototipo construido a escala por más de siete años, donde se obtuvieron parámetros de diseño para su aplicación económica. Cubriendo amplias áreas con paneles translúcidos se calienta el aire y el suelo, se producen elevados flujos que accionan generadores eólicos dispuestos al interior de la Chimenea. Tuberías con agua dispuestas en el piso absorben el calor durante el día; se almacena en acumuladores que lo devuelven por la noche, obteniéndose así producción continua de energía eléctrica durante las 24 horas, mejorando el factor de utilización de equipos.

Se estima que este proyecto es factible de materializar en términos económicos en Chile, construyendo las chimeneas apoyadas en las montañas, utilizando materiales más livianos, mejores equipos y técnicas de construcción avanzadas. Los valores de inversión y explotación por KW son comparables a los de grandes centrales de embalse, si se abordan proyectos de volúmenes adecuados.

De acuerdo a la geografía de Chile, los nuevos desarrollos de materiales y técnicas de construcción, harán factible el desarrollo en el país de proyectos de generación eléctrica con origen solar, en términos económicos y medioambientales competitivos con otros tipos de energía actualmente inyectadas a las redes de servicio público.

Las evaluaciones de tales registros demuestran que el Norte de Chile presenta condiciones extraordinariamente favorables para la utilización de la energía solar. Específicamente entre las regiones I y IV, el potencial de energía solar puede clasificarse entre los más elevados del mundo.
El uso de la energía solar presenta las siguientes ventajas para nuestro país como desarrollo energético sustentable:

Mejora de la independencia energética de nuestro país, particularmente con los países de la región.
Conservación de recursos naturales extinguibles.
Ingresos adicionales por la venta de energía eléctrica.
Menores facturas energéticas.
Reducción de la vulnerabilidad ante los suministros de combustibles.
Alternativa energética limpia ante el incremento de los precios de los combustibles.
Incremento del valor de las viviendas.
Concienciación medioambiental, ya que esta energía no produce emisiones de efecto invernadero ni favorece la destrucción de la capa de ozono.

El estado tiene el deber de velar y promover la desconcentración y la efectiva competencia en el mercado energético, muy especialmente en lo que se refiere a la generación, transmisión y distribución eléctrica. Es por ello que los municipios y los gobiernos provinciales y regionales deben incentivar el uso de este tipo de energías limpias pensando por sobre todas las cosas en el bienestar de los ciudadanos planteando soluciones de mejores alumbrados, electrificación de viviendas sociales, viviendas rurales, escuelas y postas. Porque no basta con generar energía a cualquier costo, poniendo en jaque la vida de las personas.

La próxima semana mis estimados lectores seguiremos comentando sobre el uso eficiente de la energía y de sus diversas formas de generación, ya que esta es una lucha que todos debemos dar por el bien del medio ambiente, de la materia prima de nuestro país y de nosotros mismos.

ENERGIA MAREOMOTRIZ: “Alternativa Limpia, pero aún no viable para Chile”

La energía procedente de las olas y las mareas se ha convertido en una alternativa limpia a la que todavía le quedan unos pasos en la investigación. El agua ya es desde hace años una fuente de energía. Se llama mareomotriz y se consigue gracias a las olas y las mareas. Al igual que utilizamos el empuje del viento para obtener energía eólica, la fuerza con la que se mueven las olas también puede generar electricidad. En este caso, los instrumentos que recogen el impulso marino son las centrales mareomotrices.

Una central mareomotriz debe instalarse en un estuario, una bahía o en un río donde penetre el agua del mar. Además, sólo es posible construir una central mareomotriz en lugares con una diferencia de al menos 5 metros entre la marea alta y la marea baja. Así, el agua entra en el dique, donde se encuentra la estación eléctrica con unas turbinas o enormes ventiladores cuyo movimiento pone en acción al generador que produce electricidad. Cuando baja la marea, el agua sale del dique haciendo girar las turbinas.

El desarrollo para utilizar esta energía se encuentra aún en etapa experimental, existiendo en operación comercial pocas centrales; una en Francia, con capacidad instalada del orden de 200 MW, otra en Estados Unidos, con 18 MW. La construcción de grandes obras civiles y la poca altura para generar, determinan que este tipo de centrales es muy caro de materializar.

Existen nuevos prototipos en desarrollo en Inglaterra que investigan asimilar las técnicas desarrolladas para uso de viento en generadores eólicos, a un fluido más denso (agua de mar), para producir energía eléctrica.

Es importante considerar que este último desarrollo permitirá aprovechar la energía mareomotriz de lugares que reúnan los requisitos morfológicos adecuados para proyectar y construir centrales en forma económica. Se identificó al Canal de Chacao como proyecto válido; dispone de la escorrentía (agua que resbala por encima del terreno hasta llegar a los cauces de arroyos y ríos), y caudales adecuados para generación eléctrica mareomotriz de aproximadamente 40 MW.

Se presentan especiales condiciones de canales y estuarios aptos para instalar centrales mareomotrices, a todo lo largo de la costa de la región austral de Chile, desde Puerto Montt al Sur.

En las cercanías de Punta Arenas existen lugares que podrían reunir características adecuadas para instalar centrales del primer tipo descrito. Se estima muy improbable su justificación económica, dado el bajo costo de generar electricidad con gas natural, mientras la región disponga de este combustible.

Se conoce que en nuestro país se hicieron instalaciones experimentales sin éxito, que fueron destruidas por tempestades. Se estima que la energía de olas aun no es una opción clara de abastecimiento a futuro.

VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE LA ENERGÍA MAREOMOTRIZ

Ventajas:

Energía auto renovable
No contaminante
Silenciosa
Bajo costo de materia prima
No concentra población
Disponible en cualquier clima y época del año

Desventajas:

· Genera un impacto visual y estructural sobre el paisaje costero
· Localización puntual
· Dependiente de la amplitud de las mareas
· Traslado de energía muy costoso
· Efecto negativo sobre la flora y fauna
· Capacidad Limitada


Estimado lectores, sin duda el tener en cuenta medidas que sirvan para proteger la salud de las personas y el medio ambiente, nos dan a pensar que en un futuro muy próximo el buen accionar de la naturaleza tendrá consecuencias de elevar el bien común por sobre los intereses económicos, porque lo más importante, desde el punto de vista humanista cristiano es defender el derecho a la vida y el de los seres humanos no a cualquier costo.

La próxima semana les seguiré comentado sobre la importancia que tiene para nuestro país el desarrollar las fuentes de energías limpias y renovables.