jueves, 16 de junio de 2011

¿QUE DIJO LA ONU EN CANCUN SOBRE EL CAMBIO CLIMATICO?

La más reciente Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático (COP16), realizada en Cancún, nos volvió a recordar que no existe una solución que pueda arreglar de golpe la problemática del calentamiento global. Por el contrario, la lucha contra este fenómeno nos obliga a dialogar y concretar acuerdos, ya que ningún país es capaz por sí solo de afrontar los desafíos interconectados que plantea: crear nuevas políticas públicas e invertir en herramientas tecnológicas y áreas de investigación. Sin embargo, no sólo basta cooperar, generar voluntad política y proponer enfoques creativos, sino que la necesidad de actuar con urgencia implica replantear las formas de producir, construir, cultivar, educar o consumir que adoptaremos desde ahora y hasta los próximos 50 años. Nada de esto sucedió precisamente en la reunión de Cancún. Tampoco se esperaba que así fuese: semanas antes de su inicio ya era sabido que los Jefes de Estado y ministros no tomarían parte directa de las negociaciones, y nadie esperaba un nuevo tratado.


Es cierto que en la COP16 creó un Fondo Verde y se elaboraron documentos sobre temas como deforestación y reducción de emisiones, pero la institucionalidad quedó en el tintero y el camino para establecer un acuerdo jurídicamente contrayente en 2011 no se ve claro. Esto resulta alarmante cuando analizamos el impacto del cambio climático en el desarrollo socio-económico. El último informe del Banco Mundial sobre el tema asegura que en los países en vías de desarrollo soportarán hasta el 80 por ciento de los efectos del calentamiento global, debido a que verán disminuir su producto interno bruto, se revertirán sus esfuerzos por superar la pobreza y perderán garantías a futuro.


En este escenario es difícil que el crecimiento económico sea lo suficientemente dinámico (y equitativo) para lograr contrarrestar los retos del cambio climático, sobre todo si no se reduce el nivel de intensidad de las emisiones. Es de esperar entonces que durante próxima cumbre de Naciones Unidas sobre clima (COP17), en Sudáfrica, se determine un plan de acción para 2012 y se restablezca la confianza. La clave está en repensar qué necesitamos en lugar de qué arriesgamos.

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