martes, 11 de noviembre de 2008

EL CAMBIO DE PARADIGMA EN LA COOPERACION ENERGÉTICA INTERNACIONAL

Los mercados nacionales y regionales de energía de todo el mundo están ahora más abiertos al comercio, la competencia y la inversión extranjera que en cualquier otro momento anterior de la historia. Incluso países como Arabia Saudita y México, cuyas industrias del petróleo siguen estando nacionalizadas, recientemente se han abierto a la cooperación económica y tecnológica con compañías extranjeras para la explotación del gas natural. Aunque la relación de México con las compañías internacionales se basa en arreglos de servicios contractuales, en el caso de Arabia Saudita esta relación incluye inversiones extranjeras en el sector del gas natural por primera vez desde que la industria del petróleo del país fue nacionalizada en 1975. Las compañías interesadas se extienden por todo el mundo, desde Rusia y China a Italia, España, el Reino Unido y Francia y por cierto en América Latina nuestro país..
Al mismo tiempo, 10 años después de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, todavía siguen sin resolverse cuestiones con respecto a un mercado integrado de energía de América del Norte. La liberalización del mercado en todo el mundo está perdiendo impulso y, para muchos inversionistas, los mercados no son suficientemente abiertos como para ofrecer la transparencia necesaria y una auténtica competencia. Mientras tanto, el suministro energético de América del Norte se está convirtiendo de nuevo en una cuestión de seguridad.
Por consiguiente, ¿cuál es la tendencia predominante, el movimiento hacia una creciente liberalización del mercado o la retirada a una mayor reglamentación del mercado? Al considerar la cuestión de competencia frente a cooperación en el mercado internacional de energía, la pregunta apropiada no es la de quién está ganando la batalla, sino más bien, cómo puede el mercado atender las necesidades antagónicas de los distintos actores y alentar la cooperación que ha prevalecido en los últimos años.
Según los cálculos de la Organización Internacional de Energía (OIE), la industria mundial de la energía necesitará invertir la suma sin precedentes de 16 billones de dólares en el curso de los próximos 30 años. Las industrias necesitan energía para producir bienes y servicios, mientras que los individuos la necesitan para mantener la calidad de vida. Los países productores quieren un precio justo para poder encontrar, explotar y producir suministros, pero los países consumidores necesitan energía costeable para fortalecer sus economías. Estas fuerzas pueden parecer diametralmente opuestas, pero se pueden equilibrar alentando el establecimiento de vínculos económicos entre los países que apoyan la interdependencia. ¿Cómo se puede lograr esto? Reconociendo la simple realidad de que los productores necesitan seguridad de demanda mientras que los consumidores necesitan seguridad de oferta, y que la función del mercado es esencial para compaginar estas necesidades.
Se necesita un cambio de paradigma; de lo que se trata no es de cooperación o competencia, sino más bien, de cooperación y competencia. Todos los participantes en los mercados internacionales de energía pueden alcanzar sus metas individuales trabajando hacia el objetivo común de un nuevo entorno que permita al mercado funcionar: una red de directrices y normas operativas que permita a los países, las industrias y las tecnologías competir.
Primero y principal, el nuevo entorno se debe caracterizar por la transparencia en la información y en el proceso de adopción de decisiones y, en particular, por una buena gestión empresarial. También debe permitir el reconocimiento de las dificultades del desarrollo sostenible y alentar la adopción de normas que velen por la seguridad física de las partes y por su seguridad ambiental, lo que permitirá el pleno desarrollo de relaciones e interdependencias. De este modo, podremos dar lugar a una situación en la que tanto productores como consumidores, gobiernos e individuos, economías desarrolladas y en desarrollo salgan necesariamente beneficiados: un mundo más estable, donde la cooperación y la competencia den por resultado un uso más eficiente de recursos y servicios.

No hay comentarios: