sábado, 1 de noviembre de 2008

Carbón e hidroelectricidad: la base de nuestro desarrollo energético

Chile contribuye en una mínima parte a los problemas del calentamiento global, por su pequeña economía y bajos niveles de producción de gases de invernadero y de CO2 en particular. Sin embargo, igual preocupa la contaminación que podría producir la generación termoeléctrica con combustibles fósiles, especialmente cuando el carbón surge en Chile como el combustible más competitivo para reemplazar al gas natural en la producción de electricidad.

Nuestro desafío como país, será conciliar nuestra seguridad energética con una mayor participación del carbón en la matriz, sin producir contaminación urbana e impactos ambientales de zonas productivas agrícolas y agropecuarias, como por ejemplo las zonas de nuestro Valle del Aconcagua. En el objetivo de lograr una mayor seguridad energética que permita que Chile siga creciendo económicamente, sin restricciones impuestas por terceros, se debe diversificar la matriz, sin abandonar el modelo de mercados libres competitivos y abiertos y sin caer en la tentación de un Estado más interventor. Los mayores peligros están en el abastecimiento eléctrico en el corto plazo, donde la seguridad energética está en peligro. Se estima que dependerá en forma importante de la hidrología de los próximos tres años, lo que podría provocar racionamientos en años secos. "Evitarlo no se logrará espontáneamente, exigirá inversiones e implicará aumentos sustanciales de precios, cualquiera sea el camino seguido. Ante esa eventual crisis, el Estado debe cumplir un rol coordinador. El peligro es que se tiente a jugar un rol empresarial, forzando inversiones que distorsionen en forma permanente el mercado, y nuestro exitoso camino recorrido".

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