miércoles, 7 de enero de 2009

Centralismo en Chile: Una Forma de Exclusión en el Chile del Bicentenario


La descentralización no es un fin, tampoco es un concepto que está lejos de discusión, es un medio ciertamente muy importante, pero no suficiente para lograr un Chile bueno para vivir para todos sus habitantes, pero en todas sus comunas y regiones; es decir un país social y territorialmente integrado. Pero para que dicho fin superior no quede siempre en el discurso o en promesas que luego no se puedan cumplir, es necesario generar, sin la restricción de cálculos electorales listas o intereses de corto plazo, una política de descentralización y de desarrollo local y regional, no solamente de un Gobierno, sino de Estado, construida transversalmente entre los principales actores políticos, académicos, sociales y empresariales del país, con un horizonte generacional más que electoral, más trascendente que contingente, concebida más allá de los respectivos períodos de los gobiernos locales, regionales y nacionales.
Pero, siendo realistas, es cada vez más evidente que en los hechos ello no va a ocurrir en la profundidad y a la velocidad que dicho proceso requiere, si no se genera una demanda y participación activa desde la ciudadanía y la sociedad civil organizada, especialmente el de las propias regiones.
A mi entender cualquier idea que proponga integración social y descentralización del Estado contribuye a generar un Chile más desarrollado y más justo, con más emprendimiento económico y más bienestar para las personas, más democrático, participativo y cercano a la ciudadanía.
Es por ello que aquí estimados les presento algunas propuestas que a mi entender pueden buscar los lineamientos necesarios, para lograr un Chile descentralizado a nivel regional y local, en nuestro país que vive ad portas del bicentenario.
A nivel local o llámese también a nivel municipal, propongo los siguientes aspectos que deben ser de importancia en un gobierno central:

1. Modernizar el Sistema de Financiamiento de las Municipalidades

Este aspecto a mi juicio es de suma importancia, ya que cuando hablamos de descentralización sin tocar los aspectos presupuestarios es presentar solo una obra teatral hermosa, pero sin que finalmente se logren efectos reales y prácticos. En síntesis más autonomía y más control del gasto. Dentro de este punto a considerar es adecuado agregar dos aspectos que también son de importancia, entre ellos:

• Facilitar el acceso al financiamiento público (gobiernos regionales, fondos sectoriales, servicios traspasados).
• Permitir el acceso a financiamiento con endeudamiento de corto y largo plazo. Endeudamiento responsable, digo esto porque existen municipios que tiene las cuentas ordenadas y que tienen proyectos de inversión sumamente atractivos que generan plusvalía y que generan mayores

recursos para el municipio, pero que, sin embargo, tienen muy restringidas las posibilidades de financiamiento a través de endeudamiento a corto y largo plazo, ya que hoy por hoy la ley, prácticamente los prohíbe.

2. Modernizar los estatutos que regulan la contratación del personal docente, de atención primaria y administrativo.

3. Incentivar la asociatividad de municipalidades, en particular de grandes con pequeñas.

4. Incentivar la praxis de la participación comunitaria a través de:

• Presupuestos participativos
• Defensoría ciudadana
• Rendición de cuentas a la comunidad

El modelo de descentralización que se debe impulsar a nivel regional, debe ser el de un gobierno regional más democrático y representativo del territorio, con capacidad para planificar territorialmente su desarrollo, capaz de articular y coordinar la acción de los servicios nacionales y con capacidad financiera para desarrollar sus programas y proyectos.

Es importante que el FNDR se utilice en invertir en capital humano y social, de manera de contribuir al mejoramiento de la competitividad regional, señalo esto porque desde el año 2007 al FNDR se le sumaron US$290 millones, como compensación por lo ocurrido con el gran error, como lo fue el Transantiago, que a mi entender no es mas que en producto del iluminismo centralista. He aquí que propongo las siguientes propuestas para adoptar un proceso de descentralización en las regiones.

1. Autonomía nacional frente al gobierno central

En la praxis, los gobiernos regionales, si bien por obligación legal cuentan con una política de desarrollo regional propia, esta no se traduce en un plan de gobierno propio y más bien implementan regional que tiene el Presidente de la República.

2. Inversión pública en regiones

¿Qué tenemos hoy por hoy?

• El gobierno central, a través de las inversiones realizadas por las empresas del Estado y a través de inversiones sectoriales realizadas por los respectivos ministerios, es quien determina la inversión pública de impacto regional en regiones.

• El gobierno regional, determinan en gran medida la inversión de impacto comunal.
Estos dos aspectos recientemente mencionados a juicio, llevan en materia de inversión pública, a que se esté violando el principio de subsidiariedad regional.

3. Participación y Control del gasto

Es importante que la ciudadanía tenga acceso a información que les permita ejercer mayor control, así como también participar en el proceso de toma de desiciones.
Personalmente considero que se debe analizar la posibilidad de realizar una consulta ciudadana para priorizar la cartera de proyectos de inversión, generando así canales de comunicación establecidos y accesibles.

4. Descentralizar el poder parlamentario y elección de las autoridades regionales:

• Intendente y Presidente del Gobierno Regional: dos cargos, dos responsabilidades.
• Participación parlamentaria en los gobiernos regionales, de tal manera que los parlamentarios gestionen ante el poder ejecutivo central, conseguir fondos adicionales para un determinado proyecto.
• Elección directa y democrática del Presidente del Gobierno Regional y de los Cores, promoviendo así liderazgos múltiples y fortaleciendo una clase política local y regional.

5. Traspasar los servicios públicos centralizados y las competencias, según corresponda al ámbito local o regional.

6. Trasferir mas recursos a los niveles subnacionales (comunales y regionales); y creando en éstas la capacidad de generar y administrar recursos propios, dentro de un marco apropiado de tributaciones.

Cuando se habla de un Estado unitario pero descentralizado, ello necesariamente pasa también por dotar de mayor autonomía, atribuciones y recursos a los gobiernos locales, las municipalidades. Centrarse sólo en la elección de los consejeros regionales podría entrampar el avance hacia una mayor descentralización, terminando con un centralismo a nivel regional.

7. Fortalecer las capacidades regionales de generación de conocimiento propio e innovación relacionadas a los procesos de desarrollo. Se debe generar una política más agresiva que permita alianzas entre empresas locales y universidades regionales con incentivos tributarios, esto puede ser sin embargo un detonante de desarrollo científico-tecnológico.

8. Es importante fortalecer las identidades locales y regionales, el sentido de pertenencia y la autoestima de las comunidades.

El desarrollo y futuro de nuestro país requieren de un proceso sustantivo y sostenido de fortalecimiento de las capacidades regionales y locales, así como de descentralización en todos los planos relevantes del quehacer nacional.

Sólo así, Chile será capaz de lograr la condición de país desarrollado, de derrotar la pobreza y reducir las diversas otras desigualdades. Integrando y desarrollando a las regiones del país se podrá salvar a su capital y asegurar la calidad de vida de sus habitantes y logrará aprovechar las ventajas y controlar las amenazas de la globalización.
Sin embargo en tiempos de globalización, este sistema es cada vez más disfuncional para atender con eficacia las demandas de un Estado realmente moderno y de una sociedad cuyo leit motiv es la participación ciudadana por medio de políticas inclusivas.

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