lunes, 13 de julio de 2009

LA OTRA CARA DE LA BIOENERGIA

Desde que el año pasado, el uso de cultivos alimenticios como el maíz o la palma para hacer biocombustibles elevara los precios de los alimentos, inversionistas y políticos comenzaron a promocionar la denominada "segunda generación" de biocombustibles, como un nuevo paso en cuanto a energía ecológica.

La ventaja estaría en que al ser hecha de cultivos como cañas y pastizales silvestres, podría ofrecer combustibles sin usurpar comida de la mesa de las personas.Pero ahora biólogos y botánicos advierten que estos cultivos también pueden generar consecuencias inesperadas bastante serias. La mayoría son lo que los científicos etiquetan como especies invasivas, o sea malezas, y afirman que tienen un extraordinario potencial para escapar de las plantaciones, alcanzar las granjas adyacentes y terrenos silvestres, creando una catástrofe económica y ambiental.
En una reciente reunión de la ONU en Bonn, Alemania, científicos del Programa Global de Especies Invasivas, Nature Conservancy y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza advirtieron que dichos cultivos deberían ser estudiados más concienzudamente antes de ser cultivadas en nuevas áreas.Controlar la diseminación de tales plantas podría ser difícil, produciendo "más pérdidas que ganancias monetarias", "los biocombustibles siempre tienen urgencia", "las plantaciones son iniciadas por inversionistas ansiosos por generar biocombustibles en un par de años y, cómo se puede imaginar, no quieren evaluaciones de riesgos".
Tanto la Unión Europea (UE) como Estados Unidos usan estrategias de biocombustibles como métodos para reducir las emisiones de carbono. La UE tiene el objetivo de que el sistema de transporte comunitario use 10% de biocombustibles en 2020. Por lo tanto, los políticos esperan ansiosamente el perfeccionamiento de la segunda generación de biocombustibles.
Se estima que el daño de las especies invasivas le cuesta al mundo US$ 1,4 billón anual. La jatropha, el más apreciado cultivo de la segunda generación de biocombustibles, es ampliamente cultivada en África del Este.

Sin embargo, fue prohibida en dos provincias australianas por ser una especie invasiva. Si este cultivo venenoso alcanza tierras de cultivo o pastizales, puede ser desastroso para la cadena alimentaria local.

Es por ello mis amigos lectores que creo firmemente que hay que estudiar muy bien las diversas formas de generación de energía, ya que debemos pensar siempre en preservar el medio ambiente y la proteger la integridad de los seres humanos.

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