viernes, 10 de julio de 2009

LA ESCASEZ DE PETROLEO: INSOMNIO PARA LA AIE

La Agencia Internacional de Energía (AIE), está en la mitad de un gran estudio sobre la condición en la que se encuentran los yacimientos petrolíferos más importantes del mundo. Sus conclusiones no se harán públicas hasta noviembre del presente año, pero el mensaje de fondo ya parece claro: los suministros futuros de petróleo podrían ser mucho más escasos de lo que se creía hasta ahora.

La AIE ha previsto durante varios años que las reservas de petróleo crecerán modestamente para adaptarse al aumento de la demanda, alcanzando los 116 millones de barriles al día para 2030, frente a los 87 millones actuales. Ahora, no obstante, la agencia está preocupada de que el desgaste de los yacimientos y la falta de inversión hagan que las compañías pasen apuros para superar los 100 millones de barriles diarios en las próximas dos décadas.

Los pronósticos de la institución son ampliamente seguidos por la industria y los países productores, de modo que las malas noticias podrían poner con los nervios de punta a un mercado ya bastante desconcertado por precios que superan los US$130 el barril, el doble de hace un año. Esto es muy importante porque la AIE es tratada como el único guardián independiente serio de los datos energéticos y pronósticos del mundo. La AIE monitorea los mercados energéticos de los 26 países más desarrollados, incluyendo Estados Unidos, Japón y Europa. Su papel consiste en actuar como un contrapeso en el mercado a las posturas de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Es probable que el respaldo de la AIE a un estudio pesimista acerca del suministro petrolero sea interpretado por la OPEP como un nuevo llamado para bombear más crudo al mercado.

Las conclusiones del estudio, sin embargo, no son definitivas. Algunos grandes productores, como Venezuela, Irán y China no han colaborado y otros, como Arabia Saudita, consideran las cifras de producción de sus pozos como auténticos secretos de Estado, por lo que no está claro cuán específico fue su aporte. Tradicionalmente, la AIE se concentraba sobre todo en evaluar la demanda futura y luego analizaba cuánto podían producir los países que no eran miembros de la OPEP para satisfacer esa demanda. Se presumía que cualquier brecha sería cerrada por grandes productores de la OPEP, como Arabia Saudita, Irán o Kuwait.

Analistas de la AIE temen que la falta de inversiones en muchos países de la OPEP, junto con la escasez de incentivos para impulsar el bombeo, plantean serias dudas sobre cuánto expandirá el cartel su producción. Mientras tanto, los grandes productores que no pertenecen a la OPEP, como México, EE.UU. y Rusia, ven cómo su producción va decayendo y sus panoramas de inversión parecen inciertos.

Estimados amigos lectores los detractores de la AIE elogian el estudio, pero también dicen que la revisión a la baja de sus pronósticos a largo plazo debería haber ocurrido hace bastante tiempo. Sin embargo creo que no quieren dejar duda de que enfrentamos hoy por hoy una situación difícil y que por cierto escapa muchas veces de nuestras fronteras.

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